Clément Lenglet, famoso por su sobresaliente carrera en el fútbol europeo, proviene de una familia fuertemente vinculada a este deporte. Desde Beauvais, en la región de Hauts-de-France, hasta los prestigiosos estadios internacionales, su trayectoria se distingue por el respaldo incondicional de sus padres, Sébastien Lenglet y su madre, quienes tuvieron un rol crucial en su crecimiento personal y laboral.
El padre de Clément, Sébastien Lenglet, no solo le inculcó su amor por el fútbol, sino que también le inculcó valores esenciales para su trayectoria profesional. A pesar de que nunca logró convertirse en futbolista profesional, Sébastien practicaba en su tiempo libre para el humilde Chantilly, un club de entrenamiento reconocido en Francia. Su pasión por el deporte era más un pasatiempo que una distracción, pero se transformó en una motivación para sus hijos.
Con cuatro individuos en su vivienda, Sébastien define a su familia como "un equipo integral". Cada uno de los hermanos Lenglet desempeña un rol diferente en el terreno: Clément en la posición central, Corentin en la lateral izquierda, Nathin en el mediocentro y Alexis en la posición de delantero. De acuerdo con Sébastien, siempre ha sido el fútbol el núcleo de su vida en familia.
El padre de Clément no solo resalta las destrezas en fútbol de sus hijos, sino también su enfoque y compromiso. En una entrevista, admitió que se siente orgulloso de observar cómo han evolucionado con humildad y empeño, en particular Clément, quien desde su infancia demostró una resolución sobresaliente.
A pesar de que su nombre no es tan reconocido como el de Sébastien, la madre de Clément Lenglet ha desempeñado un papel crucial en la familia. Desde su casa en Chaumont-en-Vexin, un diminuto pueblo de apenas 3,000 residentes, ella se ocupó de preservar el balance en un hogar repleto de energía, pasión y, naturalmente, fútbol.
Aunque sus hijos han optado por trayectorias laborales rigurosas, la madre de Clément siempre ha dado prioridad a la cohesión familiar. De acuerdo con declaraciones de la familia, ella se encarga de que cada integrante tenga los pies en el suelo, recordándoles constantemente sus humildes orígenes. Este método ha resultado crucial para mantener a Clément enfocado incluso en los instantes de mayor tensión en su trayectoria profesional.
Además, en su papel de madre de cuatro jóvenes entusiasmados por el deporte, su rutina cotidiana estaba repleta de retos. Entre entrenamientos, partidos y viajes, su respaldo emocional y logístico se volvió esencial.
Para los Lenglet, el fútbol va más allá de ser un simple deporte; es un estilo de vida que los vincula como familia. Sébastien y su esposa no solo han incentivado a Clément a perseguir sus aspiraciones, sino que también han actuado de la misma manera con sus demás hijos. Corentin, Nathin y Alexis han emular a Clément, alcanzando varios grados de triunfo en el fútbol tanto juvenil como profesional.
Aunque la carrera de Clément frecuentemente conlleva distancias, la familia Lenglet se mantiene unida. Sébastien y los demás hermanos han frecuentado a Clément en sus diversas ubicaciones, desde Nancy hasta Sevilla y Barcelona. Estas reuniones no solo robustecen el lazo familiar, sino que también actúan como instantes de relajación y desconcierto para el jugador de fútbol.
