En la mañana del lunes 16 de diciembre se registraron nuevos ataques israelíes en Siria, según los medios de comunicación locales. Doce instalaciones militares habrían sido atacadas en la región costera de Tartus. Israel afirma haber destruido el 80% del ejército sirio y haber tomado el control de lugares estratégicos en los Altos del Golán.
Del lado israelí, la ambición del gobierno es duplicar la población de los asentamientos en los Altos del Golán, territorio conquistado durante la Guerra de los Seis Días en 1967, anexionado en 1981 y reconocido como tal por Estados Unidos en 2019 bajo la presidencia de Donald Trump.
El proyecto, con un presupuesto de 10,5 millones de euros, fue aprobado por el Gobierno israelí en su reunión semanal. El primer ministro Benjamin Netanyahu justificó la decisión afirmando que “reforzar esta región se ha hecho necesario, ya que se ha abierto un nuevo frente en la frontera entre Siria e Israel”.
En la actualidad, unos 30 mil ciudadanos israelíes viven en 34 localidades de los Altos del Golán anexionados por Israel, además de 23 mil drusos, una comunidad cuya religión deriva del islam, la mayoría de los cuales afirman ser sirios, pero tienen estatuto de residentes en Israel.
Alemania reaccionó enérgicamente a esta decisión, pidiendo a Israel que abandone sus planes de expansión demográfica en la región de los Altos del Golán. “Desde el punto de vista del derecho internacional, este territorio controlado por Israel pertenece a Siria”, declaró un portavoz del Ministerio de Asuntos exteriores alemán.
Berlín subrayó que es “muy importante que, en esta fase de agitación política en Siria, todos los actores de la región tengan en cuenta la integridad territorial de Siria y no la pongan en entredicho”. Alemania “pide moderación a todos los actores de la región”, al tiempo que subraya que Siria, asolada por más de diez años de guerra, “ha sido el juguete de potencias extranjeras durante demasiado tiempo”.
Israel sigue siendo el único país que se ha anexionado los Altos del Golán, decisión reconocida internacionalmente sólo por Estados Unidos.