Este lunes, el analista político Alejandro Catterberg, en diálogo con La Nación +, reflexionó sobre las dinámicas actuales en Argentina y resaltó tanto la fortaleza como las limitaciones de los principales actores políticos del país.
De esa manera, el analista comenzó abordando la actual relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel, y refirió que, aunque es conflictiva en lo simbólico, carece de "los elementos de ruptura que marcaron otros períodos". "Las tensiones entre Villarruel y Milei no se asemejan a casos como el de Cobos con Cristina Kirchner o Chacho Álvarez con De la Rúa. No hay poder propio ni territorial por parte de la vicepresidenta para desafiar al presidente de manera efectiva", explicó.
Por lo que Catterberg planteó que la posibilidad de una renuncia o una crisis política en torno a esta relación quedaría descartada, y considera que el conflicto responde más a cuestiones de percepciones internas que a una disputa de liderazgo real.
Además, aseguró: "El mandato de Milei no se parece al de sus predecesores no peronistas. Mientras De la Rúa y Macri buscaban cambios en las formas, Milei representa un mandato de ruptura, un llamado a cortar con el status quo". Es por eso, que Catterberg vincula este fenómeno a una sociedad cansada de las "promesas incumplidas" y deseosa de transformaciones radicales.
Sobre Cristina Kirchner, Catterberg subrayó que conserva un núcleo de apoyo que trasciende lo personal y se ancla en una visión ideológica: "Aproximadamente uno de cada cuatro argentinos adhiere a un modelo de economía estatista, proteccionista y crítico del mercado y la meritocracia".
Este respaldo, explicó que, concentrado principalmente en la provincia de Buenos Aires, le otorga a la expresidenta una relevancia simbólica y política. Sin embargo, su influencia se limita por la pérdida de poder territorial y político, reflejada en el debilitamiento del peronismo a nivel nacional.
"El kirchnerismo representa a un sector específico, pero está lejos de ser la fuerza hegemónica que fue en otros tiempos. Cristina intenta mantener el control del peronismo, pero la fractura parece inevitable", señaló Catterberg.
A su vez, Catterberg expresó que el peronismo enfrenta un desafío existencial: "redefinirse o fragmentarse". "En este escenario, Cristina Kirchner parece jugar un papel doble: como protectora del núcleo kirchnerista y como figura que, paradójicamente, podría acelerar la fractura del movimiento", señaló.
"Estamos en un momento de transición. Las viejas coaliciones están desapareciendo, y el sistema político aún no encuentra un equilibrio. La pregunta es si las nuevas fuerzas serán capaces de construir una estabilidad duradera o si estaremos entrando en un período de fragmentación prolongada", concluyó Catterberg.