El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
San Lázaro de Betania es una figura prominente en los Evangelios, reconocido como el hermano de Marta y María, y amigo cercano de Jesús. Vivió en la aldea de Betania, cerca de Jerusalén. Según el Evangelio de San Juan (Jn 11, 1-44), Lázaro enfermó gravemente y murió, pero Jesús lo resucitó al cuarto día, en un milagro que consolidó la fe de muchos y simbolizó el poder de Jesús sobre la muerte.
Después de su resurrección, Lázaro continuó siendo testigo vivo del poder divino, lo que lo convirtió en una figura importante en la expansión de la fe cristiana en las primeras comunidades. Según la tradición, se cree que San Lázaro fue nombrado obispo, aunque los relatos sobre su sede episcopal varían entre Chipre, Marsella y otras regiones.
San Lázaro no fue canonizado en el sentido moderno, ya que vivió antes de que existiera un proceso formal de canonización. Sin embargo, la Iglesia lo venera como santo desde los primeros siglos del cristianismo. Su fiesta litúrgica se celebra el 17 de diciembre en la Iglesia Católica y en fechas distintas en las tradiciones ortodoxas.
El legado de San Lázaro es significativo en la iconografía cristiana y en la teología de la resurrección. Es símbolo de la victoria sobre la muerte y la esperanza de la vida eterna. Muchas iglesias y catedrales alrededor del mundo están dedicadas a su memoria, y su historia es fuente de inspiración para los creyentes.
En la cultura popular, Lázaro es asociado con la caridad y la atención a los pobres, lo que también ha influido en la veneración de San Lázaro como protector de los desvalidos, especialmente en algunas regiones de América Latina y España.
Según una antigua tradición, los enemigos de Jesús buscaron eliminar a Lázaro después de su resurrección, ya que su testimonio atraía a muchas personas hacia la fe cristiana. Esto lo obligó a huir. Los relatos varían, pero una de las historias más extendidas indica que Lázaro partió hacia Chipre, donde fue acogido por la comunidad cristiana. Allí fue nombrado obispo de Kition (actual Lárnaca) y vivió el resto de su vida predicando el Evangelio.
Otra tradición sugiere que Lázaro viajó a la región de Provenza, en el sur de Francia, junto con sus hermanas Marta y María. En este relato, Lázaro se convirtió en el primer obispo de Marsella y murió como mártir.
La fecha y lugar exactos de su muerte no son claros, pero las reliquias de San Lázaro son veneradas en diversos lugares, siendo especialmente famosas las que se encuentran en Lárnaca, Chipre, donde se erigió una iglesia en su honor en el siglo IX.
