La obtención de la Green Card es un sueño para muchos inmigrantes que desean establecerse de manera permanente en los Estados Unidos. Sin embargo, para aquellos con antecedentes penales, el camino hacia la residencia permanente parece aún más complicado. La normativa de inmigración del país, administrada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), establece que los antecedentes penales pueden ser un obstáculo importante para aquellos que buscan regularizar su estatus migratorio.
A pesar de que tener antecedentes penales representa un desafío significativo, hay situaciones específicas en las que un inmigrante puede solicitar la Green Card. Existen ciertas excepciones y programas que permiten que los inmigrantes con delitos menores o específicos puedan superar este impedimento. A continuación, exploraremos los tres casos más relevantes en los que una persona con antecedentes penales podría ser elegible para solicitar la residencia permanente en Estados Unidos.
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Además de las excepciones mencionadas, el proceso para obtener la Green Card depende de una serie de factores que van más allá de los antecedentes penales. Para los inmigrantes con un historial criminal, el camino hacia la residencia permanente puede ser arduo, pero no imposible. Un buen consejo es consultar con un abogado especializado en inmigración para evaluar las posibilidades de éxito.
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En muchos casos, los solicitantes pueden solicitar un perdón (waiver) para ciertos delitos menores. Este perdón no garantiza que se otorgue la Green Card, pero abre una puerta para que la solicitud sea evaluada de manera más favorable. La clave en estos casos es demostrar que el inmigrante ha rehabilitado su comportamiento y tiene un fuerte lazo con la sociedad estadounidense, ya sea a través de la familia, el empleo o el servicio a la comunidad.
Si un inmigrante no califica para ninguna de las excepciones o exenciones mencionadas, la solicitud de la Green Card probablemente será rechazada. Los antecedentes penales graves, especialmente los que implican delitos de moral turpitud, son un obstáculo considerable.
Sin embargo, siempre es posible apelar la decisión, especialmente si existen circunstancias atenuantes que podrían influir en la decisión final del USCIS.