Marisella Carballo tiene 42 años y después de muchos intentos para bajar de peso, haciendo dietas de todo tipo y otras prácticas “un poco locas”, como ella misma lo dice, intentó la alimentación conocida como keto y, finalmente logró ver cambios importantes, tanto en su peso como en su salud.
“La verdad al principio le tenía un poco de temor, sobre todo porque ese tipo de alimentación se ha satanizado mucho, hay mucha desinformación al respecto y lo que les puedo decir es que en mi caso es lo único que ha funcionado, es increíble, me veo y me siento diferente… lo que sí les digo es que uno no lo debe hacer solo, debería tener a un profesional acompañándolo en el proceso”, comentó Marisella, quien desde su aprendizaje personal comparte lo aprendido en el proceso.
Lo primero que se debe comprender según ella, es que la alimentación cetogénica, conocida popularmente como alimentación keto, más que una simple tendencia, es un tipo de alimentación que está respaldado por investigaciones científicas que lo posicionan como una alternativa efectiva para perder peso, mejorar ciertos marcadores de salud y, en algunos casos, controlar condiciones metabólicas.
¿En qué consiste la alimentación keto? Este artículo explora sus fundamentos, ventajas y las evidencias que avalan su efectividad.
¿Qué es la alimentación keto?
Según la nutricionista Karla Costa, quien acompañó a Marisella en su proceso, la dieta keto es un enfoque nutricional bajo en carbohidratos, moderado en proteínas y alto en grasas saludables. Su objetivo principal es inducir un estado metabólico llamado cetosis, en el cual el cuerpo, al no contar con suficiente glucosa, utiliza las grasas como su principal fuente de energía, generando moléculas llamadas cuerpos cetónicos.
¿Cómo funciona en el organismo?
En una dieta convencional, los carbohidratos son descompuestos en glucosa para proporcionar energía inmediata. En la keto, la drástica reducción de carbohidratos (generalmente menos de 50 gramos al día) obliga al cuerpo a agotar sus reservas de glucógeno. Esto activa un mecanismo alternativo: la oxidación de grasas para producir cuerpos cetónicos, que sustituyen a la glucosa como combustible, especialmente en el cerebro y los músculos.
Este cambio metabólico favorece la quema de grasa almacenada, estabiliza los niveles de azúcar en sangre y disminuye los picos de insulina, factores clave en la pérdida de peso y el control metabólico.
¿Cuáles son las ventajas respaldadas por la ciencia?
Diversos estudios han demostrado que la alimentación keto es más eficaz a corto plazo que las dietas bajas en grasa para reducir peso y grasa corporal. Además, este enfoque puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre.
Otro beneficio importante es que los cuerpos cetónicos son una fuente eficiente de energía para el cerebro, lo que podría mejorar la claridad mental y la concentración.
Además, al reducir los carbohidratos puede disminuir marcadores inflamatorios en el cuerpo, beneficiando a quienes padecen enfermedades crónicas.
¿Cuáles son los alimentos claves para este tipo de alimentación?
La base de la dieta keto se centra en alimentos ricos en grasas saludables, proteínas de calidad y una mínima cantidad de carbohidratos. Algunos ejemplos son:
Grasas saludables: Aguacates, aceite de oliva, mantequilla, nueces, semillas y aceite de coco.
Proteínas: Huevos, pescados grasos (como el salmón), carne de res, pollo y cerdo.
Vegetales bajos en carbohidratos: Espinacas, brócoli, coliflor, calabaza y espárragos.
Lácteos: Quesos maduros, crema dulce y yogur sin azúcar.
¿Cómo se produce la cetosis? Cuando el cuerpo consume menos de 50 gramos de carbohidratos al día, la fuente principal de energía, la glucosa, comienza a agotarse debido a la baja ingesta de carbohidratos, que normalmente proveen la mayoría del combustible para las funciones habituales del organismo, como la actividad cerebral y muscular. Ante esta ausencia de glucosa, el cuerpo activa un mecanismo alternativo de supervivencia: la cetosis.
En este proceso, el hígado comienza a descomponer las reservas de grasa almacenada y las convierte en moléculas llamadas cuerpos cetónicos, que son liberadas al torrente sanguíneo. Estos cuerpos cetónicos se convierten entonces en la nueva fuente principal de energía, siendo especialmente útiles para el cerebro, que no puede utilizar directamente los ácidos grasos como combustible.
Aspectos a considerar
Aunque la dieta keto tiene múltiples beneficios, no es para todos. Las personas con enfermedades hepáticas, renales o pancreáticas deben consultar a un médico antes de comenzar. Además, la cetosis puede ocasionar efectos secundarios iniciales como fatiga, irritabilidad o “keto flu”, que suelen desaparecer con el tiempo.
La alimentación keto no es una solución mágica, pero sí una herramienta poderosa cuando se aplica correctamente y bajo supervisión profesional. Conociendo sus bases científicas y aprovechando sus beneficios, puede ser una opción transformadora para quienes buscan mejorar su salud y calidad de vida.