Se trata de un edificio de 120 vivendas en Zorrozaurre, en Bilbao, con el que se pone fin a la financiación pública para los pisos en propiedad y todos saldrán al mercado de alquiler
Miles de personas se manifiestan en Bilbao para “reivindicar el derecho universal a la vivienda”
Se acabó. Las últimas viviendas de VPO que se venderán en Euskadi están en Bilbao, en Zorrozaurre, justo en frente de la isla que será una de las zonas de nueva expansión inmobiliaria de Bilbao. Son 120 viviendas protegidas en venta que se entregarán a sus nuevos dueños en primavera y que el consejero de Vivienda y Agenda Urbana, Denis Itxaso, ha presentado este lunes acompañado de la concejala de Vivienda del Ayuntamiento de Bilbao, Yolanda Díez. Porque en la capital vizcaína “sí funciona” la colaboración estrecha entre Gobierno y Ayuntamiento en materia de Vivienda, como ha destacado el consejero, contraponiéndolo a las críticas que lanzó a los consistorios gobernado por EH Bildu el pasado viernes en el Parlamento Vasco en línea de la necesidad de que los ayuntamientos cedan parcelas de suelo para construir vivienda protegida. A partir de ahora, todas esas promociones de viviendas sólo tendrán un único fin, el alquiler.
Como ha recordado el consejero, el giro de la política de vivienda protegida hacia el alquiler no es nuevo, el Parlamento Vasco lo aprobó en 2015. Primero para el 80% de las promociones públicas y desde 2020 el 100% tiene que dedicarse al alquiler. Pero “hay promociones que han llegado hasta nuestros días con arreglo al anterior legislación”, ha justificado. Con este bloque se acaba la VPO en venta para volcar el esfuerzo público en el alquiler.
El bloque de 120 viviendas presentado este lunes, en el que se ha invertido 14,29 millones de euros, ubicado en un lugar privilegiado al borde de la ría, junto al puente Frank Gehry, está ya prácticamente vendido en su totalidad. Sólo quedan tres contratos por firmar, a un precio de 141.600 euros para los pisos tipo de dos habitaciones. De este tamaño hay 53, de los que cinco están adaptadas para personas con movilidad reducida. El resto, 67, tiene tres habitaciones. Todas incluyen garaje y trastero y cuentan con terraza. “Cuando la gente camine por este paseo fluvial realmente no podrá diferenciar si las viviendas ante las que nos encontramos son libres o son protegidas porque los estándares de calidad con los que se construyen son altos, de calidad, de confort térmico, por supuesto, pero también de estética”, ha señalado el consejero.
Itxaso ha destacado la importancia de esta actuación en Zorrotzaurre, “un área clave para el desarrollo urbanístico de Bilbao”, y ha explicado que “solo aquí el Departamento de Vivienda y Agenda Urbana tiene en marcha en estos momentos 298 viviendas protegidas que, sumadas a las ya construidas y las que están en planificación, podría alcanzar las 1.300”. A estas, ha añadido, “se suman otras casi 1.400 viviendas en distintos puntos de Bilbao como Bolueta, Otxarkoaga, Txurdinaga o Peñascal, entre otros, consolidando nuestro compromiso con el acceso a la vivienda digna para la ciudadanía”. Con ambas, por tanto, “se pueden alcanzar un total de 2.700 viviendas en esta ciudad”, ha subrayado Itxaso.
En lo que se refiere al proyecto de Zorrozaurre, la península convertida en isla desde 2018 gracias a la apertura del canal de Deusto, Itxaso ha destacado que ha sido planificada para combinar usos residenciales, comerciales y recreativos, “asegurando un desarrollo urbano compacto y favoreciendo la movilidad sostenible”. El proyecto incluye aproximadamente 5.600 viviendas, la mitad de ellas bajo protección pública, con cerca de 1.300 viviendas protegidas promovidas por el Gobierno vasco, haciendo hincapié en la accesibilidad y diversidad. “Yo creo que Zorrozaurre es la gran área de las oportunidades de Bilbao. En ella estamos implicados como Gobierno vasco como ningún otro actor”, ha señalado el consejero.
El consejero también se ha referido a la manifestación por el derecho a la vivienda que recorrió el sábado las calles de Bilbao. Itxaso ha asegurado comprender el “malestar social” que se genera por el mercado de vivienda “tensionado”. “Lo entiendo perfectamente. Hay que estar muy alejado de la realidad para no comprender que hay muchas familias que lo pasan realmente mal y que están haciendo un sobreesfuerzo para pagar los costes de la vivienda”, ha indicado. Dicho esto, ha asegurado no compartir las críticas que se vertieron en la marcha contra la Ley de Vivienda, que se la calificó como estafa. “No puedo estar de acuerdo con esta afirmación”, ha señalado el consejero, que ha recordado que gracias a esta Ley se está poniendo en marcha las zonas tensionadas.
