En un esfuerzo conjunto, doce países occidentales acordaron medidas para "interrumpir y disuadir" a la flota fantasma rusa, según informó el Gobierno de Estonia.
La llamada "flota fantasma" rusa, también conocida como "flota en la sombra", se refiere a un grupo de buques que Rusia utiliza para eludir las sanciones internacionales impuestas por Occidente. Estos barcos no están regulados ni asegurados por proveedores occidentales convencionales, lo que les permite operar fuera del radar de las autoridades internacionales.
La flota fantasma rusa se dedica principalmente a transportar petróleo y otros cargamentos que están sujetos a sanciones. Al no estar asegurados por compañías occidentales, estos buques pueden evitar las restricciones impuestas sobre el comercio de estos bienes. Además, la flota fantasma también se utiliza para transportar material militar y grano ucraniano robado, lo que agrava aún más la situación.
El uso de esta flota permite a Rusia mitigar el impacto de las sanciones económicas y continuar financiando su guerra en Ucrania. Según el primer ministro de Estonia, Kristen Michal, "estamos tomando medidas concertadas para disuadir a la flota fantasma rusa y evitar los intentos de eludir las sanciones".
Entre las medidas acordadas por los países occidentales se incluye la verificación de los documentos de seguro de los buques sospechosos que pasen por puntos estratégicos como el canal de la Mancha, los estrechos daneses, el golfo de Finlandia y el estrecho entre Suecia y Dinamarca.