La ya tradicional 'recogida de juguetes a favor de la infancia en situación de vulnerabilidad social', tiesos en lenguaje excluyente, ha estado marcada este pasado fin de semana por la advertencia de los organizadores –profesionales del denominado tercer sector, el mismo que trató de dinamizar por lo universitario Begoña, la de los cuarenta euros, muy por debajo del umbral de la vulnerabilidad social– de evitar la donación de productos sexistas y bélicos, no fueran los niños a enfangarse en la fachosfera, los pobres, doblemente pobres por la amenaza que para su «desarrollo cognitivo, emocional y social» –dijo la psicóloga de guardia– representan unos juguetes que desafían el dogma del adelantamiento por la izquierda. Como el veto solo afectaba a los...
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