Un reciente estudio ha revelado que el río Amazonas, ubicado en Sudamérica, supera al Nilo en longitud, convirtiéndose en el río más largo del planeta. Con 6.992,06 kilómetros, el Amazonas no solo es más extenso, sino que también alberga una cantidad impresionante de agua dulce, representando el 20% del total mundial.
Históricamente, el Nilo había sido considerado el más largo, con 6.650 kilómetros, pero investigaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) han cambiado esta percepción. Este descubrimiento resalta la importancia del Amazonas, no solo por su longitud, sino también por su vital papel ecológico y social en la región.
El Amazonas fluye a través de varios países, incluyendo Brasil, Perú, Colombia y Ecuador, y es fundamental para la biodiversidad y la vida de millones de personas que habitan sus orillas.
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El río Amazonas, con sus imponentes 7.020 kilómetros de longitud, es una maravilla natural que atraviesa la geografía de Sudamérica, desde su nacimiento en la montaña Mismi, en Arequipa, Perú, hasta su desembocadura en el Océano Atlántico, en Brasil. Este coloso no solo ostenta el título de ser el río más largo del mundo, superando incluso al Nilo, sino que también es el más caudaloso, con un impresionante flujo de 12.540.000 m3 de agua por minuto.
Este volumen de agua podría abastecer de energía a una ciudad del tamaño de Nueva York durante casi una década, lo que ilustra su extraordinario poder y magnitud. Su vasta red de afluentes, compuesta por más de 1.100 ríos, lo convierte en un sistema vital para el ecosistema global, regulando el clima, almacenando carbono y actuando como pulmón del planeta gracias a los bosques tropicales que lo rodean.
El Amazonas es un ecosistema vital que sustenta la vida de más de 47 millones de personas, incluyendo a aproximadamente 2,2 millones de indígenas de más de 400 grupos étnicos. Su biodiversidad es incomparable, albergando una vasta cantidad de especies de flora y fauna, muchas de las cuales son endémicas y están en peligro de extinción.
Descubierto en el siglo XIV por el español Francisco de Orellana, el Amazonas ha sido un punto de interés para exploradores y científicos. A diferencia del Nilo, que cuenta con puentes, el Amazonas no tiene estructuras que lo crucen, lo que obliga a los viajeros a utilizar barcos para navegar sus aguas. Sin embargo, hay partes poco profundas que permiten el cruce a pie.
Aunque su vastedad y complejidad lo hacen desafiante de explorar, su ausencia de puentes y las limitaciones de infraestructura han permitido preservar gran parte de su entorno natural, convirtiéndolo en un laboratorio vivo para estudios ambientales. A pesar de esto, el río enfrenta amenazas como la deforestación y la contaminación, subrayando la necesidad de proteger este recurso invaluable para el equilibrio ecológico global.
Para explorar el Amazonas desde Perú, las ciudades de Iquitos y Puerto Maldonado son los puntos de acceso más comunes. Desde el Aeropuerto Jorge Chávez, se pueden tomar vuelos directos a estas localidades. La mejor época para navegar el río es de diciembre a mayo, cuando las condiciones climáticas son más favorables.
Una vez en Iquitos o Puerto Maldonado, los visitantes pueden embarcarse en una amplia variedad de experiencias, que van desde cruceros de lujo por el río Amazonas hasta excursiones en pequeñas embarcaciones que permiten adentrarse en la profundidad de la selva. Para los más aventureros, hay opciones como caminatas nocturnas, avistamiento de caimanes y exploración de lagos escondidos en la selva.
