¿Qué pandilla de amiguetes rockeros no ha fantaseado alguna vez con lo que molaría un juego de mesa sobre el rock? Haberlos haylos, pero ninguno recrea con tanto realismo la odisea de montar una banda para buscar el estrellato como 'Rock Hard 1977' (Devir), una pequeña locura de la bajista de las míticas Runaways , Jackie Fox , que harás las delicias como regalo de Navidad a cualquier amante del género con ganas de divertirse tirando dados sobre un tablero, tan a la vieja usanza como escuchar un vinilo en el tocadiscos. Ensayar, dar conciertos, escribir canciones, hacer 'promo', negociar con discográficas, desparramar como una rock-star, todo lo que rodea a la vida de un grupo de los setenta ha quedado reflejado en este original divertimento que Fox creó aprovechando el tiempo libre que le dio la pandemia. «Se me ocurrió hacer un juego de estrategia y rock'n'roll al que pudieran jugar cinco personas a la vez y aun así fuera ágil y excitante», explica esta leyenda viva. Tenía claro que la acción debía ocurrir en los setenta, sin streaming ni redes sociales. Cosa que gustará a los jugadores mayores, y resultará curioso para los jóvenes. A los jóvenes les encanta el juego. Algunos saben algo de la historia del rock a través de documentales, series y películas, y me fijé en algunas de ellas y en lo que podía tener de atractivo para los jóvenes. No sé si 'Stranger Things' ha tenido éxito en España… ¡Mucho! Pues por ejemplo, gracias a esa serie Kate Bush es ahora más famosa que nunca. Hay algo de la música de esa época que a los jóvenes les suena muy real, muy humana. A la gente mayor también le gusta, pero hay algunos que se desesperan con las tramas, como por ejemplo cuando tienes que conducir toda la noche para llegar a una ciudad, y luego resulta que hay un apagón y no puedes tocar. En el juego hay suficientes tramas como para que nunca sea repetitivo. Imagino que crear todo ese marco fue muy laborioso, aunque por otra parte, haber vivido la experiencia real en primera persona lo ha hecho más fácil. Fue laborioso. La gente que se mete en una banda, no suele hacerlo porque sea una buena salida profesional (risas). Lo haces porque amas la música, y porque intuyes que ser una estrella del rock tiene que ser tremendamente divertido. Así que todo eso tenía que estar: las fiestas, el caos con los fans persiguiéndote para que les firmes autógrafos, etc. ¿Fue fácil dar con la presentación visual que había imaginado cuando ideó el juego en su cabeza? El resultado final se parece bastante a lo que había imaginado. Pasé un año diseñando un prototipo que sirviese de guía para lo que había que fabricar. Hubo varios elementos que para mí eran fundamentales, como las fichas de amplificadores, etc… El fabricante que aceptase el proyecto tenía que aceptar esos «caprichos», o me iría a buscar otra marca. ¿Se basó en estrellas del rock reales para crear los personajes del juego? Sí, quería que se pareciesen a los amigos que yo tenía en la escena a finales de los setenta. También he querido representar que en el rock no sólo había hombres blancos, sino también mujeres, negros, asiáticos, hispanos… ¿En cuántos países va a lanzar el juego? Se ha lanzado en muchos, pero por ahora sólo en inglés y español. Hablo un poco vuestro idioma, y me ha gustado ver cómo se ha traducido todo. El problema de publicarlo en Latinoamérica, es que hablan español pero hay muchísimas palabras que son diferentes. ¿Ha pensado en crear expansiones dedicadas a otras décadas o subgéneros? Sí, hay muchas cosas que se podrían añadir y en las que ya he pensado. Nuevas formas de mejorar como compositor, nuevos estilos como el hair metal de los ochenta o el rap en los noventa. Ya iremos viendo si surge esa posibilidad. Si llega a la actualidad sería interesante incluir la cultura de la cancelación, por ejemplo. Habría que ver la forma (risas), pero queda mucho por recorrer en expansiones para llegar hasta ahí. En los setenta, los artistas podíamos decir lo que quisiéramos sin miedo a ser juzgados, y eso era genial. Debe ser difícil ser joven ahora y convivir con el miedo a decir alguna estupidez en redes que te persiga toda la vida. ¡Yo dije muchísimas estupideces! Pero no quedaron grabadas en ninguna parte (risas). Antes de terminar, me gustaría preguntarle: ¿por qué se negó a ceder sus derechos de imagen para la película de The Runaways que se hizo en 2010? Me dijeron que todas las del grupo íbamos a cobrar lo mismo por los derechos de imagen, pero a través de mis abogados me enteré de que Joan Jett iba a cobrar más. Lo entendí, porque ella es una gran superestrella, pero no me gustó que no me dieran la información correcta. Volví a insistir para preguntarles cuánto menos que ella iba a cobrar, para poder decidir con esa información. No me la quisieron dar, así que me negué a participar. .