En su nueva campaña presidencial, Donald Trump ha reiterado su intención de implementar deportaciones masivas, retomando una de las medidas más polémicas de su mandato anterior. Una de las estrategias que planea aplicar en 2025 es la ampliación de la autoridad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para realizar arrestos en espacios conocidos como "zonas sensibles". Estas áreas, tradicionalmente protegidas por restricciones, incluyen escuelas, hospitales y lugares de culto, entre otros.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) clasifica estas ubicaciones como sitios donde los agentes de ICE deben actuar con cautela y evitar intervenciones, salvo en situaciones excepcionales. Sin embargo, las nuevas directrices propuestas por Trump podrían flexibilizar o eliminar estas restricciones, generando gran preocupación en comunidades inmigrantes y defensores de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. A continuación, te explicamos qué son las zonas sensibles y cuáles son los cambios propuestos.
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El término "zonas sensibles" hace referencia a lugares donde los agentes de ICE tienen limitaciones para llevar a cabo arrestos, operativos o investigaciones migratorias. Según el DHS, estas ubicaciones incluyen espacios clave para la vida diaria de los inmigrantes y sus familias, y su protección está diseñada para evitar que las personas dejen de acceder a servicios esenciales por miedo a la deportación.
Los lugares que entran en esta categoría son los siguientes:
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De acuerdo con las políticas actuales del ICE, las zonas sensibles están protegidas bajo el principio de que los inmigrantes deben poder acceder a servicios esenciales sin temor a ser detenidos. Estas directrices exigen que los agentes obtengan autorización previa de un superior antes de realizar operativos en estos lugares, salvo en casos urgentes, como la búsqueda de un sospechoso peligroso o la necesidad de prevenir un delito grave.
Sin embargo, el plan migratorio de Trump podría cambiar drásticamente este enfoque. Según sus propuestas, el ICE tendría mayor libertad para actuar en estas áreas, eliminando en muchos casos la necesidad de autorizaciones previas. Esto permitiría a los agentes realizar arrestos en escuelas, hospitales y otros lugares sensibles sin las restricciones actuales, lo que podría tener un impacto significativo en la confianza de las comunidades inmigrantes.
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El plan migratorio de Trump busca reforzar el control migratorio en Estados Unidos al flexibilizar las restricciones que actualmente limitan la actuación del ICE en zonas sensibles. Según expertos, esta medida podría llevar a un aumento en las deportaciones, especialmente en espacios donde los inmigrantes se sienten más vulnerables. La ampliación de la autoridad del ICE podría incluir intervenciones en escuelas durante horarios de clases, operativos en hospitales y vigilancia en eventos religiosos.
Esta estrategia ha generado preocupación entre defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes temen que estas políticas fomenten un clima de temor y desconfianza en los servicios esenciales. En palabras de un representante de la organización National Immigration Forum, "estas acciones podrían disuadir a los inmigrantes de buscar atención médica o enviar a sus hijos a la escuela por miedo a ser detenidos".
