Cuando el frío entumece los dedos y el sol se cuela entre las hojas de los árboles para calentar la tierra, es hora de viajar hacia los rincones más mágicos que alberga el destino «Costa de Almería». Las localidades almerienses de interior esconden, no solo la historia que cuentan sus adoquines y casas encaladas, sino también parajes naturales llenos de encanto en los que perderse.
Recorrer la provincia de Almería es también conocer su fauna y flora, únicas en el mundo. Adentrándose en ella, el visitante es consciente del paso del tiempo; una historia palpable en las formaciones rocosas que recorren su geografía, dejando de lado el vértigo para dar a conocer joyas geológicas como la Geoda de Pulpí o el Karst de los Yesos de Sorbas.
Cada rincón expone su encanto a través de actividades que, año tras año, atraen a más personas. Lejos del azul cristalino del mar, el interior de la provincia ha encontrado en el turismo activo una forma de darse a conocer sin límites. Los Filabres, Sierra Alhamilla, Sierra Nevada, Sierra de María-Los Vélez o Sierra Cabrera ofrecen la posibilidad de pasear por sus bosques o conocer la historia de sus antepasados y del desarrollo de Almería a través del recorrido del agua, que sigue siendo uno de los atractivos de estas localidades. También lo fue el ferrocarril, motor del desarrollo económico y social de la provincia. Para dar a conocer ese pasado, se han creado vías verdes, que resultan amenas y didácticas al recorrer resquicios que rememoran el pasado de la provincia de Almería.
Las 3.000 horas de sol que iluminan los 9.000 kilómetros cuadrados de la provincia de Almería son protagonistas del otoño e invierno en los municipios de interior. Este factor diferencial refuerza la marca «Costa de Almería», de la Diputación de Almería, como sinónimo de destino de calidad.
Así, los rayos de luz contribuyen a crear una magia especial en los bosques de Almería. Esa magia se encuentra en las alturas, con parajes naturales y montañas como El Chullo, espectador privilegiado que, durante los meses más fríos, luce un blanco inmaculado gracias a la nieve que se posa en sus faldas. Los aventureros que exploran las alturas pueden disfrutar de actividades como esquí, travesía o escalada, o simplemente pasear por senderos escondidos en rincones indómitos de la alta montaña.
Más abajo, municipios como Laujar de Andarax o Bayárcal ofrecen espacios de ocio que añaden un toque de aventura, como la tirolina que recorre el valle.
Entre el verde y marrón de la montaña, es posible disfrutar de senderos transitados que tienen como seña de identidad esa magia, como los de la Hidroeléctrica, Monterrey o la ruta del Castañar en Paterna del Río. Las áreas recreativas también son puntos clave del trayecto. Algunas, como la de Castala, en Berja, son ideales para compartir un aperitivo y vivir momentos inolvidables.
El recorrido a pie por Almería es también una forma de viajar al pasado más remoto. Épocas lejanas dejaron su huella en la Almería y es posible conocerlas desde yacimientos como Los Millares, Terrera Ventura o Ciavieja, en El Ejido. Además, los primeros habitantes de Almería dejaron su firma en pinturas rupestres que se pueden visitar en las cuevas de Ambrosio y Los Letreros. A este legado se suma una travesía por la cultura argárica, de la que Antas es su principal embajadora. Gracias al Centro de Interpretación de El Argar, las casas argáricas y el yacimiento arqueológico, es posible conocer cómo vivían los antiguos almerienses a través de recreaciones históricas y visitas guiadas.
Una de las grandes joyas de la provincia es su gastronomía, que mezcla tradición e innovación. Este arte culinario cautiva a los paladares más exigentes y se promociona bajo la marca «Sabores Almería». Platos como las migas, el trigo o los gurullos son un imprescindible en los meses fríos, al igual que dulces como los mantecados de Fondón, habituales en las mesas almerienses cada Navidad. Además, la gastronomía refleja el liderazgo del sector agroalimentario de Almería. Materias primas de kilómetro cero como la gamba roja de Garrucha llevan el sabor de la provincia a cualquier rincón del mundo, transmitiendo el esfuerzo de chefs y productores locales que unen tradición y sostenibilidad en cada plato.