El final del verano trae consigo un aumento en la demanda de medicamentos y productos para dejar de fumar. Según el Informe de tendencias del mercado farmacéutico español de octubre, elaborado por la consultora IQVIA, la facturación de productos deshabituantes del tabaco alcanzó en este mes los 8,2 millones de euros, un 18,9% más que en septiembre.
La tendencia al alza no es nueva: en el último año, las ventas de estos productos superaron los 93,9 millones de euros, un incremento del 13,6% respecto al mismo periodo del año anterior.
Detrás de estas cifras está la voluntad de muchos españoles de adoptar hábitos más saludables tras las vacaciones estivales. Alfonso Echavarren, enfermero del Departamento de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra, explica a Confidencial Digital que “las fechas tras el verano son muy propicias para dejar de fumar, al igual que el inicio del año. Son momentos en los que las personas reflexionan sobre sus rutinas y buscan cambios positivos, como abandonar el tabaco”.
Entre los productos más populares se encuentran las terapias sustitutivas de nicotina, como los parches, los chicles y los caramelos, que llevan años siendo herramientas clave para la deshabituación.
También destaca Todacitan, un medicamento relativamente nuevo que ha ganado gran aceptación entre los consumidores. Este tratamiento, que se administra durante 25 días, ha mostrado resultados prometedores, ayudando a muchos fumadores a abandonar el hábito de forma efectiva.
“El Todacitan está muy demandado porque es fácil de seguir y reduce la dependencia física a la nicotina”, asegura Echavarren. Sin embargo, subraya que el éxito de cualquier tratamiento depende en gran medida de la determinación del paciente.
“La medicación y los programas de deshabituación ayudan mucho, pero no eliminan completamente los síntomas. La persona tiene que estar muy comprometida”, añade.
Dejar de fumar no es fácil en ninguna época del año. Los principales desafíos a los que se enfrentan quienes lo intentan incluyen la irritabilidad, la ansiedad y la necesidad de romper hábitos muy arraigados.
“Nosotros recomendamos que, siempre que sea posible, los pacientes participen en un programa de deshabituación tabáquica. Esto aumenta significativamente las posibilidades de éxito”, afirma Echavarren.
Según el enfermero, los programas ofrecen un seguimiento anual y estrategias para manejar los síntomas y las posibles recaídas. Además, aconseja complementar el tratamiento con ejercicio físico para reducir el nerviosismo y la irritabilidad.
Otro aspecto clave es fijar una fecha concreta para dejar de fumar. “Marcar ese día en rojo en el calendario y comprometerse con ese objetivo es fundamental”, asegura. Para quienes prefieren no participar en programas estructurados, la combinación de determinación y productos deshabituantes puede ser igualmente efectiva.
El aumento en la demanda de tratamientos para dejar de fumar coincide con una buena noticia: el consumo de tabaco en España ha alcanzado un mínimo histórico en los últimos 30 años.
Según la reciente Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES 2024), el consumo diario de tabaco ha disminuido significativamente, especialmente entre las mujeres. Además, un 67,7% de los fumadores diarios asegura haberse planteado abandonar este hábito.
Por otra parte, el informe revela que el 36,8% de la población de 15 a 64 años consumió tabaco en los últimos 12 meses, muy por debajo del 76,5% que consumió alcohol, la sustancia adictiva más popular. Aunque el cannabis es la droga ilegal más consumida (12,6%), también se percibe una reducción en su uso diario.
En cuanto a los patrones de consumo, el informe subraya que los hombres tienden a fumar más que las mujeres, porque ellas tienen una mayor percepción del riesgo asociado al consumo de sustancias adictivas. Este cambio en la percepción podría estar relacionado con las campañas de sensibilización y los esfuerzos para controlar la oferta de tabaco en los últimos años.
