Conor Gallagher, jugador de fútbol profesional nacido el 6 de febrero de 2000 en Epsom, Inglaterra, es reconocido por su habilidad en el terreno de juego y su inagotable energía en la posición de mediocampista. No obstante, el secreto de su triunfo radica en el respaldo constante de su familia, en particular de sus progenitores, Lee y Samantha Gallagher.
El padre de Conor, Lee Gallagher, proviene de Irlanda, un aspecto que ha tenido un impacto considerable en la identidad del jugador. En diversas entrevistas, Conor ha expresado que este legado forma parte de su pasado familiar.
Lee siempre ha sido un elemento fundamental en la educación de Conor y sus hermanos mayores, Jake, Josh y Dan. Como entusiasta del fútbol, promovió un ambiente en el que este deporte era una norma. La familia residía en Great Bookham, Surrey, y en ese lugar, Lee puso porterías en el jardín para que sus hijos pudieran practicar. Estos comprendían desde modelos reducidos hasta una portería de metal profesional. Su método pragmático posibilitó que Conor y sus hermanos se desarrollaran rodeados de posibilidades para progresar en diferentes disciplinas, aunque siempre el fútbol fue el deporte predominante.
Además de respaldar el crecimiento deportivo de sus hijos, Lee inculcó valores esenciales como el esfuerzo y el compromiso. Este entorno familiar fortaleció la pasión de Conor por el fútbol y lo motivó a perseguir su anhelo de jugar al fútbol a un nivel más alto.
En cuanto a Samantha Gallagher, la madre de Conor, proviene de Escocia. Pese a la falta de conocimiento sobre su rol directo en la educación deportiva de sus hijos, su impacto fue crucial para preservar el balance en el hogar. Samantha se enfocó en respaldar las diversas actividades deportivas de sus hijos, garantizando que siempre contaran con acceso a recursos y oportunidades.
Cuando Conor no conseguía ser elegido para los equipos de jóvenes de Inglaterra durante su adolescencia, Samantha desempeñó un papel crucial en preservar su confianza. De acuerdo con declaraciones del jugador mismo, incluso consideraron la opción de que actuara para Escocia en ese instante. No obstante, Samantha contribuyó a que Conor permaneciera concentrado, y su tenacidad finalmente rindió resultados al consolidarse en las categorías inferiores de Inglaterra.
Conor es el más pequeño de cuatro hermanos, quienes tienen un gran amor por la pelota. Jake, Josh y Dan han participado en diferentes niveles, lo que fortaleció la casa de los Gallagher como un centro donde el deporte constituía un modo de vida. Este ambiente competitivo y altruista no solo contribuyó a que Conor adquiriera destrezas técnicas, sino también una robustez mental que ha sido fundamental en su trayectoria laboral.
Además del fútbol, la familia promovió la actividad en otros deportes, como el rugby y el tenis, con el objetivo de que los niños obtuvieran una educación física integral y comprendieran la relevancia de la disciplina y la capacidad de adaptación.
El respaldo constante de Lee y Samantha, sumado a la rivalidad entre hermanos, capacitó a Conor Gallagher para vencer dificultades y sobresalir en el fútbol profesional. Desde sus comienzos en Epsom Eagles hasta su ascenso al Atlético de Madrid y su posición en la selección de Inglaterra, el impacto de sus padres ha sido un factor constante.
Incluso en la actualidad, con 24 años y formando parte del equipo de Inglaterra para la Eurocopa 2024, Conor continúa apreciando sus orígenes familiares. Al ser cuestionado acerca del primer encuentro del torneo entre Escocia y Alemania, manifestó su entusiasmo por respaldar al equipo escocés gracias al legado de su madre.