Las verjas que cierran el Pasadizo del Panecillo fueron clausuradas en 1829 y no permiten el acceso público al jardín protegido que crece en su interior
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Una calle y una pequeña plaza del Madrid de los Austrias, en el corazón histórico de la capital, se encuentran cerradas al público desde hace casi 200 años pese a tener carácter público y encontrarse junto a varios edificios emblemáticos. Se trata del Pasadizo del Panecillo, que pocos habitantes de la ciudad conocen porque casi nadie ha pasado por él desde el año 1829, cuando fue clausurado al paso de personas.
Al pasadizo se puede llegar tanto desde la calle de la Pasa (junto a la plaza Conde de Barajas) como desde la calle de San Justo. Dos vallas situadas junto a su entrada impiden el acceso. La calle está flanqueada por la Iglesia Pontificia de San Miguel, el Palacio Arzobispal, la Casa Palacio del Conde de Miranda y el Convento de las Carboneras.
En el interior se encuentra un jardín histórico con nivel 2 de protección, según el catálogo del propio Ayuntamiento de Madrid. Su estado actual solo se conoce por las fotos de quienes se alojan en unos apartamentos turísticos que se encuentran en la Casa Palacio. También aparece en algunas escenas de “Amar es para siempre”.
El pasadizo de curioso nombre -se llama así por la entrega de panes a los necesitados a través de una ventana- solo pueden acceder actualmente la Iglesia y los propietarios de la Casa Palacio, ya que ambos son los que tienen las llaves.
El PSOE preguntará este lunes cuándo piensa el Gobierno de Almeida regularizar la situación patrimonial del Pasadizo del Panecillo “para que la ciudadanía de Madrid lo pueda utilizar como vía pública que es”, dice el escrito de la pregunta, al que ha tenido acceso Somos Madrid.
La iniciativa la lleva a la Comisión de Urbanismo el concejal Antonio Giraldo, que ha contado en un extenso hilo en redes sociales la historia del pasadizo, que se cerró en el siglo XIX por los problemas de seguridad que existían en la zona.
El encargado de responder a los socialistas será el delegado de Urbanismo, Borja Carabante. Su departamento confirmó hace poco al PSOE que la calle está calificada como vía pública, pero que no consta como inscrita en el patrimonio municipal del suelo.
“Le pedimos al Ayuntamiento que lo haga, que lo tramite, que no retiren las verjas, que son históricas, pero que quiten los candados”, indican fuentes socialistas a este periódico. Habrá que esperar a este lunes para ver qué responde el consistorio.
