El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca despierta una considerable expectativa tanto en el ámbito nacional como internacional. Con el firme respaldo del Partido Republicano, que recientemente recuperó el control del Senado, el presidente electo de Estados Unidos ha asegurado que su agenda para 2025 será ambiciosa y se centrará en temas cruciales como la inmigración, la economía y las relaciones exteriores.
En la campaña prometió cumplir las promesas que hizo durante su primer mandato, con la deportación masiva de inmigrantes indocumentados como una de las iniciativas más llamativas. Sin embargo, la agenda de Trump también incluirá un plan ambicioso para resolver el conflicto en Ucrania y una postura definida respecto al aborto. Estas cuestiones ocuparían un lugar prioritario en sus primeros días como presidente de Estados Unidos.
Donald Trump ha dejado en claro que su retorno a la Casa Blanca en 2025 estará marcado por importantes cambios. Entre sus propuestas más destacadas, se encuentran 3 medidas clave que podrían redefinir el panorama político y social de Estados Unidos.
Una de las medidas más polémicas que Donald Trump planea implementar en 2025 es su renovada estrategia para la detención y deportación de inmigrantes. Este plan incluye la eliminación de las protecciones que tradicionalmente resguardaban lugares considerados sensibles, como escuelas, iglesias y tribunales.
Durante la administración de Barack Obama, estas áreas fueron designadas como "zonas de protección" con el propósito de minimizar el impacto de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en comunidades vulnerables. En su primer mandato, Trump impulsó el desmantelamiento de estas medidas y autorizó al ICE a realizar detenciones directamente en los juzgados.
El Proyecto 2025, que se ejecutará bajo el liderazgo de Trump, contempla acciones drásticas como la deportación de hasta 11 millones de inmigrantes. Entre los objetivos más controversiales se encuentra la propuesta de eliminar la ciudadanía por nacimiento, una medida que tendría profundas repercusiones en la estructura social del país. Esta política impactaría especialmente a las familias mixtas, donde miembros nacidos en Estados Unidos podrían quedar separados de sus familiares debido a cuestiones relacionadas con su estatus migratorio.