La profesión de abogado es, sin duda, una de las más complejas y polémicas dentro del ámbito legal. Entre el deber profesional y los dilemas éticos , quienes ejercen esta labor deben enfrentarse a situaciones donde la moralidad queda en un segundo plano frente al derecho de toda persona a recibir una defensa justa. Un caso paradigmático de estos conflictos surge al defender a acusados de crímenes atroces, como el asesinato . ¿Cómo se aborda esta tarea? ¿Cómo se convive con la responsabilidad de representar a quienes han cometido los actos más repudiados por la sociedad? Para dar respuesta a estas preguntas, Paloma García, abogada y criminóloga , compartió su experiencia en una entrevista en el programa creado por Abel Vitón, 'La Experiencia Podcast'. En un fragmento de la entrevista, publicado en su cuenta de TikTok y que ya acumula más de 71.000 reproducciones, la abogada y criminóloga abordó una de las preguntas que más se hacen los ciudadanos: «¿Cómo es defender a un asesino?». La respuesta de Paloma fue tan directa como reflexiva: «Más que defender a un asesino es defender a la persona. Yo tengo gente que ha cometido delitos de asesinato, de homicidio, que son —y lo voy a decir— encantadores, me llevo súper bien con ellos. Y tengo gente que a lo mejor ha cometido una estafa pequeña o un robo y son insoportables». Con estas palabras, García resalta una de las verdades más desconcertantes de su profesión, que los crímenes no siempre definen la personalidad o carácter de los acusados . Desde su experiencia, el trato humano no depende de la gravedad del delito, sino de la relación profesional que se establece entre abogado y cliente. En ese sentido, García explicó que defender a alguien acusado de asesinato no difiere técnicamente de otros delitos , aunque sí requiere mayor dedicación. «Defender a un asesino se defiende igual que cualquier otro delito. Hombre, necesitas más dedicación porque al final son casos más gordos normalmente y necesitas buscarle más vueltas, digamos», señaló. Según manifestó, la naturaleza de estos casos, a menudo complejos y con importantes repercusiones legales y sociales, demanda un enfoque meticuloso para explorar cada ángulo, garantizando así que los derechos del acusado sean respetados, independientemente de la magnitud del delito. Por otro lado, una de las inquietudes más recurrentes es cómo los abogados logran conciliar esta labor con su propia moralidad . Sin embargo, García zanjó esta cuestión cuando confesó: «Yo duermo bien por las noches». Estas palabras reflejan una visión clara de su responsabilidad profesional . Para la abogada, el derecho de toda persona a una defensa legal trasciende juicios personales, y es esta convicción la que le permite desempeñar su labor sin conflictos internos.
