El Padre Sejo se catrineó el domingo con la camiseta blanca (la de visita) del Herediano.
Este lunes, se paseó por Mata de Plátano de Goicoechea con la rojoamarilla. Así fue a la Hora Santa y a las otras actividades religiosas que atiende como cura de esa comunidad. El sacerdote habla con propiedad de fútbol, tanto como Hernán Morales, Everardo Herrera o Ciccia.
El juego del miércoles entre la Liga y el Team lo gritó, y reconoce, lanzó algunas palabritas que Dios no perdonaría.
José Manuel Díaz Cantero fue liguista desde los seis años, cuando le regalaron para Navidad una camiseta. Hasta los 40 años, ahora tiene 55, iba al Morera Soto, como si fuera a misa todos los domingos.
Contó que para un clásico a las 11 a. m., llegaba al Morera a las 6 a. m. Pero se aburrió y dejó de ir a Alajuela, además de que el equipo no pasaba buenos momentos. ”Sentí que era un liguista sin sentido, solo por una camiseta”, advirtió. ”Además, me desencanté porque no podía ir al estadio y la Liga andaba muy mal”, agregó.
Cuando lo enviaron de párroco a Mercedes Sur de Heredia, todo cambió. Lo hizo, en primera instancia, para quedar bien con los florenses de la comunidad. “Fue un toque estratégico. Pensé: Un herediano no le cae mal a nadie; es más potable”, dijo en su oficina de la Casa Cural de Mata de Plátano, un lugar que besa el cielo y mira de reojo a San José.
Desde ese momento, ama al Herediano.”Vi la luz”, expresó el religioso, que nunca anda sotana. Su pinta no parece la de un religioso: jeans, tenis y camiseta. Usted se lo topa en la calle y jamás pensará que es un sacerdote, graduado de cura hace 25 años.
Festeja a todo pulmón los triunfos del Herediano, va al Rosabal y vacila con los feligreses. El domingo anterior, al celebrar el Adviento, los sacerdotes vestían con atuendos morados. Algunos parroquianos en Jaboncillal, una filial de la parroquia, se le acercaron para decirle que el morado le sentaba bien, en son de broma. Eso porque conocen su casi enfermizo amor al Team.
De inmediato, se bajó el zíper del alba (prenda que usan los padres) y les mostró su camiseta del Herediano. ”Presbítero en Adviento, pero herediano por dentro”, escribió en su Facebook.
Ese día, sus seguidores rivales lo llamaron a convertirse y dejar el rojo amarillo. ”Vamos a seguir orando por su conversión padre. Una cosa es ser liguista, pero ya herediano requiere de mucho ayuno y oración”. ”Los morados seguiremos orando para que Dios te perdone y alcances la iluminación algún día....“.”La misericordia de Dios es infinita, Padre Sejo. En Tibás tenemos un templo donde te esperamos para sanarte”.
Al final de las misas del domingo pasado y con mucho respeto, dijo: “Y que pierda la Liga. Te lo pedimos señor”.
”Lo hago en carácter de broma y la gente entiende”, declaró. El religioso ve en el fútbol una actividad para disfrutar sanamente, con bromas, pero sin groserías ni ofensas al prójimo. Comentó que Jafet Soto es una extraordinaria persona, decente, educado, inteligente, que hace mucho por el equipo, pero critica sus “formas”. ”Se le sale lo de aficionado, pero quisiera un tipo más racional”, declaró.
El fútbol está presente hasta en sus homilías, porque usa figuras del balompié para dar su mensaje a los parroquianos. ”El fútbol es fuente de alegría. Cuando es fuente de pleitos, ya no hay chiste. Tampoco debe ser fuente de enojo y frustración”, expresó.
El Padre Sejo ve una final de esta fase entre Herediano y Saprissa bastante equilibrada. ”Herediano tiene una buena planilla y mucha motivación”, destacó.
Para este licenciado en Psicología de la Universidad de Costa Rica, el balompié tico es muy emocional, y la motivación puede ser clave para salir con una victoria.
Al Saprissa no lo ve tan fuerte como en otras temporadas, aunque sostiene que con José Giacone al mando, mejoró.
Vaticinó que el descanso puede afectar a la Liga, que espera rival para la disputa del cetro.”Va a estar 15 días parado, sin competencia”, analizó este sacerdote nacido en Guadalupe, Goicoechea.
El Padre Sejo estudió en la Escuela República del Perú y en el Liceo Laboratorio. El Sejo viene de cuando estudiaron la vida del educador Rafael Osejo. Sus compañeros bromeaban con el apellido y lo bautizaron con ese mote. Padre Sejo es su identificación en sus redes sociales.
Su primera misa la dio el 11 de diciembre de 1999, en Sabanilla de Montes de Oca. Estuvo asignado a Coronado, San Pedro, La Y Griega, Tibás, Mercedes Sur, Capulín de Liberia, Cañas y Las Juntas. Hace un año, es el pastor de Mata de Plátano de Goicoechea. Allí encontró paz para cuidar a su madre, quien hace siete años padece alzhéimer.