Faltaron dos votos para que se sellara la suerte del titular del Midis y procediera su censura. Una votación a la madrugada y el blindaje de Fuerza Popular y APP de Acuña, por el momento los partidos que cogobiernan, hizo posible que el ministro Demartini conservara la cabeza.
El caso por el que se exigía su censura es suficiente para tumbarse un gabinete como mínimo, pero en tiempos como los actuales pesa más la adulación que la gestión. Por ello, Morgan Quero y Julio Demartini siguen impertérritos en sus sectores.
El programa social Qali Warma, que fue un ejemplo de eficiencia desde su fundación, ahora está carcomido por la corrupción. Se han entregado licitaciones a dedo a una empresa cuestionada, sin mayores referencias, que alimentó a los niños de menores recursos con carne de dudosa procedencia, no apta para el consumo humano y encima, descompuesta.
Para obtener la buena pro, se coludieron con diez funcionarios de la institución y así lograron millonarios contratos.
Demartini, el vocero presidencial Fredy Hinojosa y hasta la propia mandataria en sus tiempos de ministra del Midis, han estado a cargo mientras se amañaban los procesos.
La decisión del Congreso, sin embargo, fue seguir barriendo bajo la alfombra para seguir blindando a Dina Boluarte y su equipo de Gobierno. Con 64 congresistas a favor, no se obtuvo el número de votos suficientes para sancionar esta nueva muestra de desprecio a los más pobres.
Habrá que esperar tiempos más propicios para que se abran investigaciones en todos los casos de corrupción que el Congreso avala. A contramano, también se tendrá que investigar y sancionar la agenda procrimen que defiende el Legislativo, mientras el Ejecutivo guarda silencio cómplice.
