La presidenta madrileña apuesta por medidas sociales que se alinean con el ala más ultra del PP, consolidando "un discurso sólido y hegemónico en todo el espacio de la derecha", según analistas
Ayuso elimina la Subdirección General de Igualdad LGTBI del organigrama de su Gobierno
Isabel Díaz Ayuso intensifica su apuesta por la batalla cultural con medidas sociales que reafirman su propio programa y se alinean con el ala más derechista del PP, asumiendo también postulados de Vox. En las últimas semanas, su Gobierno ha anunciado un reconocimiento vitalicio a los padres de familias numerosas, la eliminación de las siglas LGTBI del organigrama de su Ejecutivo y ha insistido en su respaldo a la tauromaquia.
Durante la presentación de la última feria de San Isidro, Ayuso dejó claras sus intenciones al asegurar que no conoce “un lugar donde la prosperidad y la libertad se hayan abierto camino tras cerrarse una plaza de toros”. Un perfil político que Anna López, doctora en Ciencia Política y experta en ultraderecha, define como “trumpismo hispánico”.
“Es ese discurso más conservador, más neoliberal y negacionista climático”, explica la entrevistada sobre el posicionamiento político de la presidenta madrileña, en el que también identifica “guiños natalistas”, apuestas “hacia el catolicismo” y un “ninguneo a las víctimas del franquismo”. En ese sentido, López considera que Ayuso está consiguiendo ocupar el espacio de Vox en la región.
De hecho, la presidenta optó este jueves en el pleno de la Asamblea de Madrid por menospreciar a la formación de Santiago Abascal al asegurar, en la réplica a la nueva portavoz regional de la extrema derecha, Isabel Pérez Moñino-Aranda, que su formación “se ha convertido en un partido irrelevante”. Y añadió: “Solo van de caballo en caballo, trotando de polémica a polémica, para que alguien les haga un poquito de caso contra el PP”.
“A diferencia del PP nacional, Ayuso ha tenido una estrategia clara y que le ha funcionado”, explica el politólogo Eduardo Bayón, autor de Lucha de tribus (Esfera de los Libros. 2022). Bayón sostiene que, tras la pandemia, la presidenta madrileña adoptó “un discurso bastante radical en las formas”. Su equipo ha apostado por “desplazarse hacia una derecha” más cercana a Vox, sobre todo, en términos discursivos y retóricos, añade el politólogo. De esta forma, Ayuso se ha diferenciado de los “bandazos discursivos” de la dirección de Pablo Casado y Alberto Núñez Feijóo al intentar competir con el partido de Abascal.
La presidenta coincidió hace dos semanas, en un acto de la Fundación Neos, con dos figuras vinculadas al ala más dura de los populares: el exministro Jaime Mayor Oreja y la expresidenta del PP vasco María San Gil. Ayuso se refirió a esta última como su mentora política, definiéndola así: “La mujer que me inspiró para meterme en unos cuantos follones y afiliarme a un partido político”.
La fundación Neos, la que organizó el acto al que acudió Ayuso, es una de las organizaciones que lidera el lobby antiabortista en España. Esta plataforma, fundada por Mayor Oreja, define la interrupción voluntaria del embarazo y la eutanasia como “puntas de lanza del proyecto de destrucción” de la “civilización”.
La presidenta también compartió en sus redes la campaña que lanzó Neos en 2022 para reivindicar el 12 de octubre con el mensaje 'Eres facha'. Este es uno de los ejemplos que da López para explicar que Ayuso y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, “han leído muy bien cuáles son las reglas del juego político”. Con un posicionamiento “muy trumpista” en su comunicación política. “Con toda su trayectoria, podemos definir a Ayuso como extrema derecha. Ella no forma parte de la familia conservadora. En Europa podría formar parte del partido de [Giorgia] Meloni”, añade la doctora en Ciencias Políticas.
A nivel programático, el Gobierno de Ayuso anunció una medida “pionera” para beneficiar a los padres de familias numerosas, un título vitalicio para que mantengan los beneficios e incentivos a los que tienen acceso, aunque sus hijos ya sean adultos. Según los cálculos de la comunidad, esta propuesta beneficiará a más de 153.000 familias.
A la vez que la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, amplía los derechos de las familias numerosas, reduce la visibilidad del colectivo LGBTI en su cartera. Su equipo ha optado por eliminar la Subdirección General de Igualdad LGTBI del organigrama del Gobierno madrileño y trasladar sus competencias al departamento de Integración Social.
La supresión de este departamento ha sido criticada por las organizaciones que defienden al colectivo, como Arcópoli, que asegura que “supone un alarmante retroceso en la protección de los derechos de la comunidad LGTBI+”. Sin embargo, Dávila asegura que “no se ha dejado de asumir ninguna competencia”. Su Gobierno también está en una batalla jurídica tras reformar las leyes LGTBI y trans, con críticas de las organizaciones que defienden a este colectivo y un recurso en el Constitucional del Gobierno central.
Otro guiño de Ayuso al electorado madrileño más escorado a la derecha es su defensa de la tauromaquia. Este viernes el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, confirmaba que inyectarán dinero público en el Premio Nacional de Tauromaquia, eliminado por el Ministerio de Cultura, según publicó Europa Press.
En esa apuesta económica por los toros y la tauromaquia, el Gobierno de la Comunidad de Madrid sorprendió en la presentación de los presupuestos de 2025 con la inclusión de una nueva partida de 1,7 millones de euros para la Fundación Toro de Lidia. La consejera de Economía, Rocío Albert, justificaba esta decisión. “Queremos seguir apoyando a esta Fundación para que siga habiendo toro de lidia y podamos seguir celebrando nuestra Fiesta Nacional que todos los años nos da tantas satisfacciones”, aseguró, en la rueda de prensa en la que anunciaron las nuevas cuentas.
Con estas propuestas, López considera que Ayuso “se quiere posicionar como una alternativa al liderazgo de Feijóo”, con “un discurso sólido y hegemónico en todo el espacio de la derecha”. Con todo, sostiene que la presidenta “está construyendo una agenda propia del Partido Popular, extremista, neoconservador, neoliberal y retardista climático”, para evitar que Vox o Alvise Pérez puedan competir con ella.
