Llevaba tiempo sin sonreír Rodrygo, de hecho, después de marcar el tercer gol del Real Madrid en Vallecas, su celebración fue más de rabia que de felicidad. De liberación, porque llevaba demasiado tiempo intentando ser decisivo. Se ha hablado muchísimo durante la temporada de Mbappé y de Vinicius, incluso de Bellingham, pero el otro elemento habitual del ataque madridista había permanecido algo escondido. Una lesión, de la que volvió y después se resintió le ha hecho perderse cuatro partidos, aunque el del Girona fue porque no «se encontraba bien», más que por estar lesionado.
Había perdido algo de foco, pero sin Mbappé y con Vinicius en el banquillo reservado, era su momento, el de un chico que habla poco y que demuestra en el campo. En Vallecas apareció con dos fogonazos. Primero con un centro delicioso a Bellingham justo antes del descanso para el remate de cabeza que significaba en ese momento el empate a dos. Y después, con uno de esos remates suyos desde fuera del área que se van a la escuadra, aunque esta vez con la ayuda del toque de un defensa. Ahí fue cuando gritó de rabia Rodrygo, que llevaba sin marcar dos meses y medio, desde finales de septiembre, cuando encadenó dos partidos de Liga anotando, ante el Espanyol y el Alavés. El de este sábado era su cuarto gol del curso, todos en el torneo local y ninguno en la Champions, su competición preferida y donde ha hecho historia en el Real Madrid.
Su aparición no sirvió a los suyos para ganar al Rayo, un rival que el año pasado le sacó dos empates a los blancos, uno de ellos, el de Vallecas, en el estreno de Iñigo Pérez en el banquillo franjirrojo.
No pudo el Madrid culminar una remontada, aunque Ancelotti no le sabía mal el empate. «No es como los de Las Palmas o Mallorca. Este empate es el de un equipo solidario, que ha luchado, que ha competido y que no ha podido ganar por algunos errores», explicaba el técnico del Madrid, que destacó el partido de Rodrygo. «Estoy encantado de lo que ha hecho, ha vuelto a su mejor nivel. Veo un futuro bueno, ahora tenemos que terminar bien el año, tenemos la oportunidad de ganar la Intercontinental, que sería la guinda del pastel a este 2024 que ha sido espectacular», continuaba antes de reclamar un penalti a Vinicius. «En la repetición me ha parecido muy claro y luego tuvo dos ocasiones para el gol del triunfo».