El presidente electo Donald Trump ha manifestado su intención de acabar con el horario de verano en Estados Unidos, argumentando que esta práctica resulta costosa para el país. A través de un mensaje en su red social Truth Social, Trump anunció que su partido se unirá para eliminar esta medida en su próxima administración, a pesar de la defensa que aún tiene entre algunos sectores.
El horario de verano, que consiste en adelantar los relojes una hora durante la temporada estival, ha estado vigente en gran parte de Estados Unidos desde la década de los sesenta. Originalmente implementado como una medida de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, fue estandarizado en 1966 tras la creación del departamento de Transporte. Sin embargo, el debate sobre su efectividad y necesidad ha persistido a lo largo de los años.
Desde 2015, alrededor de 30 estados han presentado o aprobado leyes para poner fin al horario de verano. Algunos de estos estados han optado por mantener el horario de verano de manera permanente, siempre que sus estados vecinos hagan lo mismo. Este movimiento ha sido impulsado por la creciente preocupación sobre los efectos negativos del cambio de hora en la salud y el bienestar de los ciudadanos.
La reciente decisión de México de abolir el horario de verano, tras la discusión promovida por el expresidente López Obrador, ha reavivado el debate en Estados Unidos. Mientras algunos legisladores apoyan la eliminación del cambio de hora, otros defienden su continuidad, argumentando que permite un ahorro energético. Sin embargo, este argumento ha sido cuestionado por quienes sostienen que el cambio de hora puede causar trastornos del sueño y problemas de salud en la población.
El intento más reciente para eliminar el horario de verano fue el proyecto de ley bipartidista conocido como Sunshine Protection Act, que fue votado unánimemente por el Senado en marzo de 2022. Sin embargo, la iniciativa se estancó en la Cámara de Representantes debido a la falta de consenso. Este año, un grupo bipartidista de senadores ha reactivado el proyecto, argumentando que la legislación permitiría disfrutar de tardes y noches más luminosas, así como de un aumento en la actividad económica durante los meses de invierno.
A pesar de los argumentos a favor, los detractores de la medida advierten que obligaría a los niños a asistir a la escuela en la oscuridad, ya que retrasaría la salida del sol. La propuesta ha sido respaldada por el senador Marco Rubio, quien ha sido elegido por Trump para dirigir el departamento de Estado, lo que sugiere que no habrá oposición significativa a la postura del presidente electo.
El senador republicano por Florida, Rick Scott, también ha expresado su apoyo a la eliminación del horario de verano, calificando el cambio de reloj dos veces al año como “anticuado e innecesario”. Esta postura refleja un creciente descontento entre algunos legisladores sobre la práctica, que ha sido objeto de debate durante décadas.
Con la administración de Trump a punto de comenzar, el futuro del horario de verano en Estados Unidos se encuentra en una encrucijada. La decisión de eliminarlo o mantenerlo podría tener un impacto significativo en la vida diaria de millones de estadounidenses, así como en la economía del país.
