Tres efectivos policiales, que el 10 de diciembre pidieron 3.000 soles de coima a un motociclista, fueron sentenciados a 5 años de cárcel con carácter suspendida por el delito de cohecho pasivo propio en el ejercicio de la función policial. La decisión judicial además dispone su inhabilitación de por vida de pertenecer a la Policía Nacional. Este caso se registró en la ciudad de Juliaca de la región Puno.
Literalmente se les impuso una condena en tiempo récord porque los ahora sentenciados Juan Carlos Quispe Farfán (SO3), Anderwy Roniel Ticona Maquera (SO3) y Oscar David Paco Quispe (SO2), primero reconocieron que sí pidieron dinero y tras aceptar los cargos se acogieron a la figura de terminación anticipada, una figura legal que les permite reducir la posible condena siempre y cuando admitan el delito .
En casos parecidos de solicitud de dinero (coimas), normalmente la Fiscalía Anticorrupción no logra que los procesados acepten su responsabilidad pese a existir pruebas flagrantes,
Primero, el SO3 Anderwy Roniel Ticona Maquera intervino al motociclista Renzo Weltran Vargas Mamani en la salida Huancané, en la ciudad de Juliaca. Su unidad no tenía placa ni SOAT. Para presionarlo, el SO2 Oscar David Paco Quispe se llevó la moto.
Finalmente, el agente Ticona Maquera junto a su colega, el SO3 Juan Carlos Quispe Farfán, hicieron que el motociclista suba al patrullero de placa EGP- 473, en cuyo interior le pidieron 3.000 soles para dejarlo libre y devolverle su unidad. Posteriormente, le quitaron su celular y tras ingresar a su aplicativo Yape, hicieron transferencias.
De ese modo, el agente Anderwy Roniel Ticona transfirió de la cuenta y del celular del intervenido un total de 1.400 soles a Pamela Milagros Palomino Quispe, cuyo nombre fue proporcionado por el SO2 Oscar David Paco Quispe. Luego, al motociclista lo despojaron de 400 soles en efectivo y, al final, lo obligaron a que se preste 1200 soles de su papá para completar la cifra solicitada. Esta última transferencia también fue por Yape a nombre de la misma mujer antes mencionada.
Una vez que los tres agentes consiguieron el dinero exigido dejaron en libertad al intervenido y, según se pudo conocer, se fueron festejar con pollo a la brasa.
pero ante el temor de ser descubiertos primero lo escondieron en la casa de Roniel Ticona Maquera, situada detrás de la comisaría de Santa Bárbara.
La jueza María Candelaría Morales Segura, quién se negó a que la audiencia sea pública por tratarse de un tema de interés, ante la aceptación de los procesados, emitió sentencia condenatoria.
Hay que precisar que el fiscal William Atazú, en un primer momento, pidió prisión preventiva, pero ante la aceptación de los cargos los tres policías estos ase acogieron a la terminación anticipada. En los siguientes días será emitida la resolución de su destitución de la Policía Nacional del Perú. Aunque trascendió que, para evitar la deshonra, renunciarán en las siguientes horas.
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