Kate Douglass había firmado una trayectoria imperial en los
200 braza hacia el
Mundial de piscina corta de Budapest. Había ganado las tres pruebas de la Copa del Mundo y había dejado por el camino dos récords del mundo: 2:14.16 en Incheon y un colosal 2:12.72 en Singapur. Por eso, todas las miradas se centraban en ella en la gran final de la prueba del campeonato universal este viernes.
Seguir leyendo...