En diversas culturas, los viernes 13 se asocian con la mala suerte, un fenómeno que ha influido en hábitos, decisiones y hasta en el diseño de edificios. Aunque parece una creencia contemporánea, esta superstición tiene raíces profundas que combinan aspectos religiosos, numerológicos y culturales.
Uno de los relatos más antiguos que explican esta creencia proviene de la tradición cristiana. Según el relato de la Última Cena, Judas Iscariote fue el decimotercer comensal, y su traición desencadenó los eventos que llevaron a la crucifixión de Jesús. Este detalle cimentó la idea de que el número 13 representa desbalance o peligro.
En numerología, el número 13 ha sido percibido como un símbolo de incompletitud. Mientras el 12 es asociado con plenitud y equilibrio (12 meses del año, 12 signos zodiacales, 12 apóstoles), el 13 se ve como una ruptura de esta armonía. Este concepto ha influido incluso en decisiones arquitectónicas y comerciales.
En Estados Unidos, más del 80% de los rascacielos omiten el piso 13 en sus numeraciones. De manera similar, hoteles, hospitales y aeropuertos evitan asignar el número 13 a habitaciones, puertas o niveles. Este fenómeno, lejos de ser anecdótico, refleja el impacto de las creencias populares en la vida cotidiana.
El viernes 13 no solo influye en supersticiosos, sino también en quienes se consideran escépticos. Un estudio de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, liderado por la científica Jane Risen, reveló que las supersticiones pueden condicionar las acciones de personas sin importar sus creencias.
Risen explicó que, en situaciones asociadas con este día, las personas tienden a visualizar más claramente posibles resultados negativos. Según ella, esta facilidad para imaginar malos escenarios refuerza la percepción de que son más probables, influyendo así en sus decisiones.
Aunque el viernes 13 se considera un día de mala fortuna, no existen evidencias de que afecte negativamente los mercados financieros. Los analistas han señalado que, a pesar del miedo irracional, el desempeño económico en estas fechas no muestra un patrón distinto al de cualquier otro día.
Sin embargo, la superstición sí puede impactar otras áreas. Muchas personas evitan viajar, firmar contratos o realizar eventos importantes, lo que puede alterar de forma indirecta sectores como el turismo y las actividades comerciales.