Hace unas semanas, se confirmó la aprobación de la ampliación de capital necesaria para la próxima remodelación de An der Alten Försterei. El vetusto estadio del FC Union Berlin pasará de 22.000 a 40.000 plazas, llevando al club a un siguiente nivel para consolidar todo el crecimiento tanto deportivo como social que se lleva gestando en los últimos años. Eso sí, el estadio casi se duplicará pero no perderá las principales señas de identidad de los de Köpenick, manteniendo el máximo número de gradas de pie que se permiten en la competición, sobre un 80% de las mismas.
El mantener esa esencia de club de barrio es una de las obsesiones dentro del Union, liderados por su presidente, Dirk Zingler. De ahí que para este proceso volverá a producirse la venta del estadio a los propios aficionados del club, como ya hiciera hace unos años con la original campaña “Vendemos nuestra alma pero no a cualquiera”. En esta ocasión se ha replicado el proceso, sacando esta misma semana 120.000 acciones de 500 euros para los casi 70.000 socios que el club tiene en estos momentos. Como dejó claro el propio Zingler en su última intervención: “Nuestro estadio debe pertenecer siempre a las personas que más se preocupan por él, los socios del 1. FC Union Berlin y sus familias, sus hijos, nietos y bisnietos”.
Junto a la remodelación del estadio se construirán nuevas oficinas, campos de entrenamiento, un bar, una tienda… en definitiva un nuevo complejo para que An der Alten Försterei siga siendo parte clave de la vida del club. El estadio de los Eisernen no es solo el hogar tanto del equipo masculino en Bundesliga como del femenino, que bate récords de asistencia en 2. Bundesliga, sino que acoge cientos de actividades para fans y gente del propio barrio de Köpenick que utiliza las instalaciones como su centro de reuniones.
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Tras una historia llena de dificultades donde los aficionados ayudaron al club a sobrevivir en diferentes etapas, llega una nueva oportunidad de que la Unión de Hierro suba otro escalón, esta vez para consolidar definitivamente al club como uno de los referentes de la Bundesliga. Lejanos quedan ya aquellos tiempos donde se necesitaron sangre, sudor y lágrimas para que entre todos salvaran al club de la ruina… Ahora el objetivo es otro: ¡Qué los socios tengan (en sentido literal) el mejor estadio posible!
