¡Llegó la hora! Todo indica que el jefe del gobierno de la ocupación militar en Gaza, el primer ministro Benjamín Netanyahu, tendrá que cesar su genocida guerra de tierra arrasada y aceptar un alto al fuego negociado con la Resistencia Palestina. En lugar de una capitulación de Hamás o la liquidación total de los líderes y organizaciones rebeldes -que siguen causando bajas al poderoso ejército israelí en desigual combate- las tratativas están en marcha, con la mediación de Egipto, Qatar y Estados Unidos, que a fin de cuentas es juez y parte, porque Tel Aviv depende de su apoyo militar y financiero.
Y todo indica que, en contra de lo imaginado por Netanyahu, el presidente electo Donald Trump, no quiere mancharse con toda la sangre de los miles de niños, mujeres, y civiles indefensos desparramada sobre los escombros de Gaza. Desde su elección, el estancado proceso de negociaciones recobró nuevo impulso, después que le advirtiera a Netanyahu (y al saliente Joseph Biden) que quería asumir el 20 de enero próximo, sin el nefasto peso de esa carga.
Trump estremeció los medios políticos en Oriente Medio este jueves al conocerse una entrevista que concedió a la revista Time, en la que dejó ver su enfoque del conflicto israelí-palestino actual y una solución a largo plazo.
Cuando se le preguntó si el primer ministro Netanyahu le había asegurado que pondría fin a la guerra en Gaza, el presidente electo de Estados Unidos dijo: «Creo que sabe que quiero que termine».
Trump se negó a responder directamente, pero dice: «No quiero que mueran personas de ninguno de los dos lados... ya sean los palestinos y los israelíes y todas las diferentes entidades que tenemos en Medio Oriente».
En el pasado, recordó un comentarista local, Israel se ha mostrado indignado ante este tipo de llamados públicos de los líderes mundiales, argumentando que dirigen injustamente la presión hacia Israel en lugar de hacia Hamás.
Trump publicó un mensaje en las redes sociales a principios de este mes en el que advirtió que «se desataría un infierno» si los rehenes de Medio Oriente no eran liberados antes del 20 de enero. Sin embargo, el presidente no mencionó a Hamás ni a Israel en la declaración.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, quien realiza su séptimo viaje a Israel desde que asumió el cargo, dijo que el primer ministro Benjamin Netanyahu «está dispuesto a llegar a un acuerdo».
«Cuando vaya a Doha y en El Cairo, mi objetivo será ponernos en condiciones de cerrar este acuerdo este mes… No estaría aquí hoy si pensara que esto va a esperar hasta después del 20 de enero», dijo Sullivan.
El cese del fuego que se vislumbra, -aunque sea temporal, tal vez dos meses- permitirá negociar un intercambio de prisioneros, y el regreso a casa de al menos una parte de los cautivos civiles y militares israelíes y algunos estadounidenses, en poder de Hamás y otras organizaciones de la Resistencia, y la puesta en libertad de varios centenares de militantes palestinos que cumplen largas condenas de cárcel, por resistirse o combatir la brutal ocupación sionista de su territorio. Otra mancha para el expediente de Netanyahu, quien boicoteó las negociaciones, a pesar de las súplicas y demandas masivas de familiares y opositores.
Washington recibió otra llamada de alerta en la noche del miércoles, cuando tras vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU una moción para la adopción de un cese del fuego inmediato en Gaza, la Asamblea General adoptó un Resolución con un reclamo semejante, por una aplastante mayoría, (158 a favor, 9 en contra y 13 abstenciones) que puso en evidencia el aislamiento y repudio de su actitud.
Entretanto, Israel sigue perpetrando masacres en Gaza. Según informes de fuentes palestinas, el ejército israelí atacó al personal de seguridad que transportaba ayuda humanitaria en Rafah y Khan Yunis mientras facilitaban la entrada y el movimiento de camiones de ayuda humanitaria.
Varios palestinos murieron y resultaron heridos en dos ataques separados del ejército de ocupación israelí contra trabajadores humanitarios en Rafah y Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el miércoles por la noche y el jueves por la mañana.
Se informó de más víctimas tras un bombardeo que alcanzó una casa en el campamento de Nuseirat, situado en el centro de Gaza.
Al menos siete palestinos murieron y otros resultaron heridos debido a los bombardeos israelíes cerca de la zona de Al-Akhawakh, al oeste de Rafah.
Según el Ministerio de Salud palestino (Gaza), 44 805 palestinos han muerto y 106 257 han resultado heridos en el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.