Las autoridades de Irán están procesando a una cantante por transmitir en vivo su propia actuación desafiando los códigos de vestimenta religiosos, la última señal de que las mujeres continúan desafiando a la República Islámica mientras enfrenta presiones en el país y en el extranjero.
Parastoo Ahmadi cantó con su banda en un recital titulado “Un concierto imaginario” y fue transmitido en línea sin público físico el miércoles, según su canal de YouTube. Las mujeres tienen prohibido cantar solas en público en Irán y rara vez se realizan eventos transmitidos en vivo que no involucran a la emisora estatal.
El poder judicial iraní está tomando medidas contra Ahmadi después de que se presentara una demanda en un tribunal de Teherán, informó el jueves la agencia de noticias estatal Mizan Online. Su actuación no contaba con la autorización necesaria y “no cumplía con los estándares legales y culturales del país”, afirmó Mizan.
Mizan, que es propiedad del poder judicial de Irán, no dijo si ha sido arrestada ni qué pena podría enfrentar.
La música, los instrumentos musicales y las interpretaciones musicales están estrictamente controladas en Irán desde la revolución islámica de 1979 y los conciertos suelen limitarse a la música clásica persa o a recitales instrumentales. Las redes sociales se han convertido en un canal crucial para que las cantantes encuentren público y muestren su talento a pesar del riesgo de ser detenidas.
“Soy Parastoo, una chica que quiere cantar para la gente que amo”, dijo Ahmadi en una declaración escrita en su canal de YouTube. “Este es un derecho que no podía pasar por alto: cantar por la tierra que aprecio profundamente”.
La censura contra Ahmadi llega en un momento en que la República Islámica se enfrenta a niveles crecientes de impopularidad interna, dirigida tanto a sus problemas económicos como a sus estrictas leyes sociales, en particular las que obligan a las mujeres a cubrirse el cabello y usar ropa holgada y larga en público.
La semana pasada, el parlamento iraní aprobó una nueva ley que impone multas y sanciones más severas a las mujeres acusadas de no vestir adecuadamente en público. La legislación es una respuesta a un levantamiento de 2022 en el que millones de iraníes salieron a las calles para protestar por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, una joven que había sido arrestada por presuntamente violar las normas islámicas sobre vestimenta.
Las manifestaciones, que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad, fueron la primera gran crítica pública a las leyes iraníes sobre la vestimenta de las mujeres desde la revolución.
El presidente iraní Masoud Pezeshkian, un reformista, ha criticado la nueva ley y ha dicho que es probable que dañe la “armonía nacional” y que es necesario revisarla. La legislación fue propuesta durante el mandato de su predecesor, el clérigo de línea dura Ebrahim Raisi.
Mientras Irán lucha contra la disidencia en su propio país, también ha sufrido una serie de reveses en un conflicto cada vez más amplio en Medio Oriente. Las batallas de Israel con las milicias de Hezbolá y Hamás, aliadas de Irán, han debilitado gravemente a ambos grupos, mientras que el derrocamiento el fin de semana pasado del presidente sirio Bashar al-Assad privó a la República Islámica de un aliado importante.