El 2024 ha sido un gran año para Donald Trump. Lo comenzó con seis de sus empresas declaradas en bancarrota y enfrentando cuatro causas penales, sin embargo, y siguiendo la línea de suerte ascendente del presidente electo, el cierre será brillante: sin dolores de cabeza por asuntos legales que parecen haber quedado suspendidos en el tiempo y camino de regresar a Washington haciendo historia de nuevo, es el presidente de mayor edad en asumir el cargo (78 años). Su proeza no ha pasado desapercibida para la revista Time que le acaba de dedicar su famosa portada nombrándole «Persona del año» por segunda vez (la anterior fue en 2016). Todo por un regreso político «sin precedentes en la historia de Estados Unidos», asegura el medio. Su editor jefe, San Jacobs, ha explicado en una entrevista que la elección se debe a que «para bien o para mal, él tuvo la mayor influencia en las noticias del 2024». El año pasado la elegida fue la estrella musical mundial Taylor Swift.
El presidente electo es un experto mediático y sabe cómo surtir de buen contenido a los medios de comunicación, así que ha celebrado este reconocimiento en Wall Street, tocando la campana de apertura de la Bolsa de Nueva York. Al acto celebrado este jueves por la mañana, le han acompañado su esposa Melania Trump, una futura primera dama «grande» y popular ha dicho de ella, y sus dos hijas Tiffany e Ivanka, quien, a pesar de haber sido su principal asesora durante el primer mandato, esta vez se ha desligado de la vida política de su padre. Curiosamente no hemos visto al multimillonario Elon Musk que últimamente le acompaña en todos los grandes eventos (fue su comensal de honor en la celebración de Thanksgiving), pero junto a él sí ha estado el vicepresidente electo, JD Vance, al que en los últimos días se le había visto más bien poco. Mientras disfrutaba de su momento subido en el famoso balcón desde donde se toca la campana en el interior de la Bolsa, Trump bromeó diciendo que la recién conocida portada «me gusta más esta vez», asegurando que ha salido en muchas primeras páginas, pero solo le han gustado «el 25 por ciento de ellas»: «Las demás las escondo».
Durante la campaña electoral, algunos de los principales medios del país retiraron sus históricos apoyos a los partidos, prefirieron no «mojarse» por las represalias que pudiera haber tras las elecciones. La misma decisión que tomaron algunos multimillonarios, que esta vez realizaron sus donaciones bajo el anonimato por miedo a la revancha de Trump si llegaba a la Casa Blanca. Por eso el movimiento de la revista norteamericana no es baladí, entre sus cinco opciones para esta portada, Time también tenía a Kamala Harris, pero en este caso Trump ha vuelto a vencer a la demócrata.
A raíz de la victoria de Trump, todo han sido alabanzas y buenas noticias incluso de quienes antes le dieron la espalda, como el propietario de Meta, Mark Zuckerberg, cuya relación con el presidente electo ha mejorado hasta el punto de que acaba de donar un millón de dólares para la toma de posesión de Trump el próximo 20 de enero. En el 2020, después de que Facebook fuera duramente criticado por los comentarios violentos de Trump en su plataforma, Zuckerberg dijo estar «profundamente disgustado con la retórica divisiva e incendiaria del presidente», y tan pronto como salió de la Casa Blanca en 2021, Meta lo expulsó también de su plataforma por «elogiar a las personas involucradas en la violencia» vivida en el Capitolio el 6 de enero. Poco después, Trump demandó a Facebook, Google y al entonces Twitter, ahora X (incluyendo a sus directores ejecutivos respectivos) por «censura ilegal». Llegó a decir que Zuckerberg «pasaría le resto de su vida en prisión» si trataba de interferir en las elecciones del pasado 5 de noviembre. Para evitar conflictos, el dueño de una de las mayores plataformas del mundo se mantuvo al margen de las elecciones presidenciales y ahora parece que ha quedado todo olvidado con esa millonaria donación que ayudará a que al evento del presidente electo no le falte de nada.
