El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, solicitó al próximo mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, que continúe con la asistencia para deportar a migrantes que atraviesan la selva del Darién en su camino hacia el norte. La selva del Darién se ha convertido en un punto crítico para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, ya que enfrentan múltiples peligros en su travesía. Mulino enfatizó que la nueva administración estadounidense no puede ignorar esta problemática, que ha sido una constante en la agenda bilateral.
Durante una rueda de prensa, Mulino destacó la importancia del programa de repatriaciones, que se basa en un acuerdo firmado con el gobierno de Joe Biden. Este programa ha permitido a Panamá deportar a más de 1.000 migrantes, gracias a un aporte estadounidense de seis millones de dólares. Sin embargo, el mandatario panameño también mencionó las dificultades que enfrenta su país, especialmente en lo que respecta a la repatriación de migrantes venezolanos.
El programa de repatriaciones implementado por Panamá ha sido fundamental para gestionar el flujo migratorio en la región. Desde su inicio, más de 1.000 migrantes han sido deportados a países como Colombia, Ecuador e India. Este esfuerzo ha sido posible gracias a un acuerdo firmado el 1 de julio, el mismo día en que Mulino asumió la presidencia, que establece un compromiso de Estados Unidos para financiar los vuelos de repatriación.
Sin embargo, la situación se complica con los migrantes venezolanos, quienes representan la mayoría de los que cruzan el Darién. Debido a restricciones en el espacio aéreo venezolano, Panamá no ha podido repatriar a estos migrantes, lo que ha generado críticas y tensiones diplomáticas con el gobierno de Nicolás Maduro.
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La selva del Darién se ha convertido en un corredor migratorio peligroso, donde más de medio millón de personas intentaron cruzar en 2023. Este año, cerca de 300.000 migrantes han hecho lo mismo, lo que representa una disminución del 41% en comparación con el año anterior. Las condiciones adversas, como ríos caudalosos, fauna salvaje y la presencia de bandas criminales, hacen que esta travesía sea extremadamente arriesgada.
El Gobierno panameño ha atribuido esta disminución en el flujo migratorio a la ayuda estadounidense y a medidas adicionales, como el cierre de ciertos senderos en la selva. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica y Mulino ha instado a la nueva administración de Trump a no desestimar el problema migratorio en la región.