La industria aeroespacial china ha dado un paso decisivo para cerrar la brecha con Estados Unidos en la carrera por los cohetes reutilizables. Inspirados por el éxito del Falcon 9 de SpaceX, empresas privadas chinas como Space Pioneer, LandSpace y iSpace están desarrollando tecnologías avanzadas que prometen revolucionar los lanzamientos espaciales. Entre estos destacan los cohetes Tianlong-3 y Zhuque-3, diseñados para soportar múltiples reutilizaciones y desplegar megaconstelaciones de satélites de banda ancha en órbita terrestre baja (LEO).
En 2025, al menos siete nuevos cohetes chinos buscarán ingresar al mercado aeroespacial global, compitiendo por contratos de lanzamiento para desplegar decenas de miles de satélites. Esta iniciativa subraya el compromiso de China con la innovación en cohetes y su ambición de consolidarse como líder en la exploración espacial y la conectividad global.
El desarrollo de cohetes reutilizables en China ha alcanzado una nueva dimensión, con siete diseños privados liderando la transformación tecnológica. Entre ellos, el Tianlong-3, desarrollado por Space Pioneer, promete ser una pieza clave. Este cohete de 71 metros de altura y propulsado por queroseno y oxígeno líquido puede transportar hasta 17 toneladas a LEO y reutilizarse hasta 10 veces. En paralelo, el Zhuque-3, de LandSpace, apunta a convertirse en el primer cohete operativo con recuperación vertical en China, con capacidad para 21 toneladas en su versión desechable y 18,3 toneladas en modo reutilizable.
Otros proyectos, como el Hyperbola-3 de iSpace y el Kinetic-2 de CAS Space, refuerzan la competitividad china en lanzamientos espaciales. Estos cohetes, diseñados con motores impresos en 3D y combustibles innovadores como el metano líquido, buscan equilibrar la ecuación entre costos, confiabilidad y sostenibilidad. La recuperación vertical de las primeras etapas marca un avance significativo frente a los métodos tradicionales, similar al Falcon 9 de SpaceX.
El Tianlong-3 y el Zhuque-3 encabezan la nueva generación de cohetes reutilizables en China. Ambos han sido diseñados para soportar lanzamientos de alta frecuencia y reducir drásticamente los costos de las misiones espaciales. El Tianlong-3 utiliza motores Tianhuo-12 y tecnología de gasificación de nitrógeno líquido, mientras que el Zhuque-3 incorpora el avanzado motor Tianque-12B y procesos de impresión 3D para la fabricación de más del 60% de sus componentes.
Con estas innovaciones, China no solo busca competir con SpaceX, sino también establecer su propio ecosistema de megaconstelaciones de satélites, una alternativa a Starlink. Estos cohetes representan una apuesta estratégica para garantizar la independencia tecnológica y liderar la próxima etapa de la conectividad global.