Cada 12 de diciembre, los creyentes celebran el Día de la Virgen de Guadalupe, un día cargado de devoción y esperanza. Es el momento perfecto para elevar nuestras oraciones y pedir por la protección de nuestros seres queridos.
En este día especial, millones de creyentes recurren a la Virgen para que cubra a sus familias con su manto protector y les otorgue salud, paz y bienestar.
La Virgen de Guadalupe es conocida por su capacidad para proteger a quienes se acercan a ella con fe. Con una historia llena de milagros y favores, fue una fuente constante de esperanza para miles de familias.
En este día, al recordarla, muchos aprovechan para pedir su intercesión, confiando en su poder celestial para mantener a salvo a sus seres queridos.
Se le atribuyen innumerables milagros que fortalecieron la fe de los creyentes. A continuación, enumeramos algunos de los más destacados que se le atribuyeron:
Virgen de Guadalupe, Madre misericordiosa, tú que siempre velas por mi bienestar, hoy te pido que extiendas tu protección sobre cada miembro de mi familia. Te ruego que los mantengas a salvo, que los protejas de todo mal y que les brindes salud y felicidad. Que ningún peligro se acerque a ellos, pues su bienestar es mi mayor deseo.
Te suplico que alejes de nuestra familia a las personas que deseen hacerles daño. Ayúdales a reconocer aquellas malas influencias que puedan poner en riesgo su paz y su fe. Que, con tu guía, puedan identificar las intenciones de quienes se acerquen con propósitos oscuros, y puedan mantenerse firmes en su devoción.
Virgen de Guadalupe, cuida la salud de mis seres queridos. Aleja de sus cuerpos cualquier enfermedad o afección. Protege sus órganos, sus cuerpos, para que ninguna infección, virus o peligro los afecte. Que siempre estén sanos y fuertes, porque su bienestar es fundamental para nuestra felicidad.
Virgen Santísima, te pido que nos protejas de aquellos que intentan debilitar nuestra fe. Aleja de nosotros las mentiras, las falsas promesas y las dudas que puedan sembrarse en nuestros corazones. Que mi familia siga siendo un ejemplo de humildad y misericordia, tal como lo ha sido hasta ahora, y que su fe en ti y en Dios nunca se vea alterada.