Ayudar a los animales en situación de calle es una tarea constante y desafiante. En 2023, Lima Metropolitana registró un millón de gatos abandonados, una cifra alarmante que refleja la inacción de autoridades y ciudadanos. Frente a esta realidad, el peruano Diego Contreras Cerff decidió dejar su empleo en Estados Unidos para marcar la diferencia. En 2016, a los 33 años, fundó el refugio Mishi Wasi en Urubamba, Cusco, un espacio dedicado a brindar una nueva oportunidad a gatos sin hogar.
Aunque a primera vista su historia parece tranquila, Diego enfrentó momentos de adversidad que lo llevaron a tomar decisiones drásticas. Desde abandonar su carrera profesional hasta lidiar con la pérdida de un ser querido, cada experiencia transformó su vida. Hoy, a pesar de los retos que implica mantener el albergue, su pasión por los animales lo impulsa a seguir adelante.
La historia de Diego, natural de Lima, comenzó cuando viajó a Estados Unidos buscando cumplir el sueño americano que las películas mostraban. Sin embargo, la realidad fue distinta: su condición de extranjero y la falta de estudios limitaban sus oportunidades. Trabajó limpiando baños en una discoteca, donde vivió una experiencia que marcaría un antes y un después.
Mientras realizaba su labor, un joven ebrio irrumpió y vomitó sobre él. “Soy la persona menos agresiva del mundo, pero en ese momento toda la furia del cosmos llegó a mi puño y le metí un golpe tan fuerte que se cayó”, relató Diego. Este incidente lo llevó a replantearse su vida. “¿Cómo llegué hasta acá? Cumplí 32 y soy un desastre”, reflexionaba en conversaciones con una amiga. Su consejo fue clave: “Si te esfuerzas, una de esas cosas que sabes hacer te llevará a algún sitio; solo tienes que decidir cuál”.
Sumido en la tristeza y con solo su gato como compañía, Diego comenzó a notar una curiosa coincidencia: el número 333 aparecía constantemente en su día a día. Lo veía en el microondas, el semáforo o la alarma de su reloj. Un día, tras recibir la noticia de un ascenso en su empleo, encontró un mensaje que lo sacudió: “Tu abuela se está muriendo”. Era un mensaje de su madre, recibido justo a las 3:33 p. m.
Decidido a regresar a Perú, buscó un vuelo y encontró uno por 333 dólares. Ese número, que aparecía como una señal en los momentos clave, lo acompañó en el inicio de su nueva etapa. Así nació Mishi Wasi, un refugio que hoy alberga más de 50 gatos y se ha convertido en su misión de vida.
Mishi Wasi, que en quechua significa casa de gatos, es el albergue fundado por Diego Contreras en el Valle Sagrado de los Incas. Este refugio se ha convertido en un santuario para más de 50 gatos rescatados, reflejando la misión de vida de Diego de proteger y cuidar a estos animales, inspirada en el amor que compartía con su abuela por los felinos.
Diego Contreras encontró en los gatos no solo una vocación, sino una razón para superar la adversidad. Su historia, marcada por desafíos y decisiones valientes, inspira a otros a buscar propósito incluso en las circunstancias más difíciles. A través de Mishi Wasi, Diego demuestra que el amor por los animales puede cambiar el mundo, un rescate a la vez.
