En el corazón de la transición energética global, un actor discreto cobra protagonismo: el biometano. Este gas, producto del tratamiento de residuos biológicos o lodos de aguas residuales, presenta una de las mayores oportunidades de crear energía de manera circular. Tiene la capacidad de integrarse en las infraestructuras energéticas existentes, es neutro en carbono y promete revolucionar la forma en que abordamos la lucha contra el cambio climático.
España cuenta con un vasto potencial de producción de biometano estimado en 163 TWh anuales, que podría abastecer el 40% de la demanda nacional de gas natural, según el último estudio de Sedigas. Esto no solo reduciría la dependencia energética, también ahorraría hasta 4.000 millones de euros al disminuir las importaciones de combustibles fósiles. Sin embargo, el desarrollo del biometano en España se encuentra rezagado respecto a países como Francia, Alemania o Dinamarca, los líderes europeos en esta tecnología.
El reciente Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) duplicó los objetivos de producción de gases renovables a 20 TWh anuales para 2030, que aunque poco para lo que el país puede ofrecer, es un movimiento que demuestra su importante papel en la transición energética. El plan RepowerEU de la Comisión Europea establece también un objetivo de producción de 35 TWh para el mismo año en España.
Pero aún queda camino por recorrer. Dentro de nuestras fronteras hay pocas instalaciones operativas, lo que contrasta con las más de 400 plantas de Francia o las más de 200 de Alemania. Por ello es necesario que se incentive y promueva la producción de biometano a través de estímulos públicos, como se hace en otros países europeos.
Naturgy se ha propuesto ser la empresa líder en el impulso de esta vía en España, y para ello apuesta por innovar e invertir en gases renovables como el hidrógeno y el biometano, tanto en su producción como en su distribución. Con tres plantas propias operativas en Galicia y Cataluña, sumará en los próximos meses dos nuevas instalaciones de biometano en Valencia y Sevilla. Estas cinco plantas harán que Naturgy cuente con un total de 104 GWh anuales de producción de biometano.
De ahí llegan a la industria, la movilidad o los hogares, pues uno de los mayores atractivos del biometano es su compatibilidad con las infraestructuras y equipos actuales. Las calderas residenciales, por ejemplo, pueden funcionar al 100% con biometano. Esto lo convierte en una solución económica para descarbonizar viviendas, evitando costosas transformaciones para la ciudadanía. Con el 30% del potencial de biometano en España podríamos descarbonizar todo el parque de viviendas sin que los propietarios tengan que afrontar ningún coste.
La infraestructura existente de gas, gestionada por Nedgia, facilita la integración del biometano. Con una red de más de 57.000 kilómetros y más de 290 proyectos identificados por la distribuidora de gas del Grupo Naturgy que podrían materializarse de forma rápida para inyectar hasta 10,7 TWh de gas renovable, España tiene una base sólida para expandir el uso de esta energía. Además, Naturgy ha firmado acuerdos con empresas como Inditex y Lecta para suministrar biometano, promoviendo la descarbonización en sectores industriales clave.
El biometano también es importante para el campo español. Los residuos agrícolas, ganaderos y urbanos –que de otro modo emitirían millones de toneladas metano a la atmósfera– se transforman en una fuente de energía almacenable. Pero, además, durante este proceso se generan fertilizantes orgánicos que las economías rurales pueden utilizar.
Las implicaciones sociales y económicas son significativas. Se estima que el desarrollo del biometano en España podría crear más de 20.000 empleos directos y 40.000 indirectos en la operación de plantas, además de otros 500.000 empleos indirectos relacionados con su construcción. Esto representa una oportunidad única para revitalizar zonas rurales y fomentar la inversión en sectores primarios.
A medida que Europa busca diversificar sus fuentes de energía limpia, el biometano emerge como una solución integral. Es limpio, competitivo y almacenable, lo que lo convierte en un pilar esencial para lograr un sistema energético más sostenible y seguro. En palabras de Raúl Suárez, CEO de Nedgia: «España necesita y puede tener mucha más ambición en gases renovables. El biometano es la gran oportunidad que el país debe aprovechar para liderar la transición energética en Europa».
Este gas renovable no solo aborda los desafíos medioambientales, también representa una oportunidad económica y social sin precedentes para el país. Con inversiones decididas y políticas públicas, España tiene el potencial de convertirse en un hub europeo de gases renovables.
