Un animal de imponente porte y belleza inconfundible, se desplaza por los densos bosques y selvas tropicales de Latinoamérica. Reconocido como el felino más grande de América, puede llegar a medir hasta 180 centímetros de longitud, siendo un símbolo de la fauna salvaje de la región.
Sin embargo, la existencia del Jaguar está en peligro de extinción. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la pérdida de hábitat y la caza ilegal son amenazas significativas que ponen en riesgo su supervivencia.
El jaguar (Panthera onca) es el felino más grande de América y un representante exclusivo del género Panthera en el continente, el mismo que alberga a tigres, leones, leopardos y leones de las nieves.
Según National Geographic, su cuerpo robusto y musculoso, con una longitud que varía entre 150 y 180 centímetros y una cola de 70 a 90 centímetros, lo convierte en un cazador formidable. El peso de este animal oscila entre los 68 y los 136 kg, dependiendo de la región.
Sin embargo, a pesar de su tamaño y fuerza, la especie enfrenta serias amenazas. La UICN clasifica al jaguar como "casi amenazado", alertando que la disminución de la población en las últimas generaciones podría subestimarse, y la pérdida de hábitat es una de las principales causas.
Esta pérdida, junto con la caza para trofeos y el comercio ilegal, pone en peligro la conectividad de sus poblaciones. Las poblaciones aisladas, con menos individuos, corren un alto riesgo de extinción local.
Los jaguares más grandes se encuentran en áreas como el Pantanal brasileño, mientras que los más pequeños habitan zonas como Honduras. La protección y conservación del jaguar es crucial para asegurar la salud de los ecosistemas que habita.
El jaguar, el felino más grande de América, ocupa una extensa área que abarca desde el sur de Estados Unidos (Arizona y Nuevo México) hasta el norte de Argentina y el noreste de Brasil.
Los hábitats preferidos por el jaguar cumplen con condiciones esenciales para mantener poblaciones saludables: