Ahora que parece que tiene un pie dentro de la futura administración estadounidense (Donald Trump lo ha designado para el puesto de secretario de Salud y Servicios Humanos por su apoyo en la campaña electoral), Robert F. Kennedy Jr. se ha propuesto remover el pasado. Concretamente el ligado a la muerte de su tío, el expresidente John F. Kennedy, porque sigue insistiendo que detrás de su asesinato estuvo la CIA. Para poder llevar a cabo su cometido, el sobrino más rebelde de los Kennedy quiere que su nuera y exdirectora de campaña, Amaryllis Fox Kennedy, sea nombrada subdirectora de la agencia de inteligencia norteamericana, de manera que la investigación se lleve a cabo desde dentro.
Kennedy Jr. lleva tiempo abrazando públicamente las teorías de que la CIA estuvo detrás de la muerte de su tío y también de su padre, y que una familiar indirecta sea nombrada subdirectora de la organización, puesto que no necesita ser confirmado en el Senado, supone que el clan tendrá acceso a documentos que hasta ahora han permanecido en secreto y que podrían llegar a publicarse, como ya prometió Donald Trump. Kennedy ha estado haciendo llamadas importantes para presionar para el nombramiento de su nuera, mientras trata de defender su propia designación después de que 77 premios Nobel declararan que no está preparado para el puesto que Trump le ha ofrecido porque carece de conocimientos o formación médica.
Amaryllis, casada con Bobby Kennedy III, llega a la escena pública en medio de una controversia que viene de atrás. Después de trabajar como agente 10 años en la CIA, publicó en 2019 unas memorias, Vida encubierta: mayoría de edad en la CIA, sin contar con la revisión y aprobación de la agencia, y eso le supuso muchos problemas y enemigos.
Según explica el medio Axios, Kennedy ya ha dicho en sus círculos más cercanos que, de confirmarse el cargo, su nuera utilizará su puesto para llegar al fondo del asunto, y en una entrevista con Tucker Carlson, Amaryllis aseguró que sentía "la responsabilidad de llegar al fondo de esto" por sus hijos, a los que quiere poder mirar sabiendo si su propio gobierno estuvo involucrado o no en estos asesinatos, y de ser así, que se ha hecho al respecto para que no vuelva a ocurrir. Kennedy la ha defendido públicamente asegurando en una entrevista pasada que lo que Amaryllis te dirá es que de las 24.000 personas que trabajan en la agencia, 20.000 son estadounidenses patriotas y buenos servidores públicos, sin embargo, muestra escepticismo sobre la división PLANS, una rama de la organización que se encargaba de operaciones encubiertas y del reclutamiento de agentes extranjero y que ahora se conoce como Servicio Clandestino Nacional (NCS). "Ellos son los que asesinan a la gente, arreglan elecciones, derrocan a los gobiernos y hacen todas las cosas por las que estamos pagando en nuestra política exterior e interior".
La teoría de que la CIA estuvo detrás de la muerte del expresidente norteamericano se sustenta en que la agencia estaba enfadada con el exmandatario Kennedy por el despido del entonces subdirector de la organización, Allan Dulles, y los recortes que quería implementar después de la fallida invasión de Cuba en Bahía de Cochinos, o simplemente por no odiar con suficiente ímpetu al comunismo. "Existe pruebas abrumadoras de la CIA estuvo involucrada en el asesinato", dijo Kennedy el pasado mayo en un programa de radio, "la duda es más que razonable". Además, el político, también dijo que la agencia estuvo detrás de la muerte de su propio padre en 1968, afirmando que la evidencia desvelada hasta ahora en relación con este caso es "muy convincente, pero circunstancial".
John F. Kennedy fue asesinado en Dallas (Texas) el 22 de noviembre de 1963 a la edad de 46 años, por Lee Harvey Oswald. Tras una larga investigación, un comité de la Cámara de Representantes aceptó como demostrado que la CIA no estuvo involucrada en este crimen.