Con la llegada del invierno y la caída de las temperaturas, uno de los problemas más comunes en los hogares es la condensación en las ventanas. Este fenómeno, causado por el choque entre el aire frío del exterior y el calor dentro del hogar, genera gotas de agua en superficies como ventanas, lo que puede derivar en daños estructurales y la aparición de moho.
Un experto de la plataforma TikTok, conocido como MK Property, ha compartido consejos prácticos para combatir este problema estacional, destacando la importancia del "truco de las cortinas" y una correcta ventilación. Según el especialista, el uso de cortinas gruesas y bien forradas puede ayudar a mantener las habitaciones cálidas y reducir la probabilidad de condensación en las ventanas.
Además, subraya la necesidad de permitir la circulación del aire. "Abrir las ventilas de las ventanas durante el día o cuando no estés en casa, o simplemente abrir las ventanas durante al menos 10 minutos al día, es crucial para evitar que las ventanas se conviertan en imanes de humedad", asegura el experto.
Sin embargo, los consejos no terminan ahí. Organizaciones como Greatwell Homes recomiendan ajustar ciertos hábitos cotidianos para controlar los niveles de humedad en interiores. Por ejemplo, evitar secar ropa en radiadores o en interiores, ya que esta práctica aumenta significativamente la humedad. En su lugar, se aconseja aprovechar los días fríos pero secos para secar la ropa al aire libre.
Otros métodos incluyen usar la campana extractora al cocinar, activar ventiladores extractores durante 15-30 minutos después de ducharse y limpiar las paredes del baño tras cada uso. Estas medidas no solo reducen la humedad, sino que también previenen la aparición de moho.
Para quienes buscan soluciones económicas, se pueden adquirir bolsas deshumidificadoras por poco más de una libra en plataformas como Amazon. Estas bolsas son ideales para absorber el exceso de humedad en habitaciones mal ventiladas.
En definitiva, pequeñas acciones como el uso de cortinas adecuadas, una correcta ventilación y ajustes en las rutinas diarias pueden marcar una gran diferencia a la hora de prevenir la condensación en las ventanas durante el invierno, protegiendo tanto la salud como la vivienda.
