La joven Amalia García Santana se siente motivada con su labor actual en el Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo (Inotu). Sabe que una de las tareas que lleva adelante resulta decisiva hoy para el bienestar y el desarrollo del país. Por eso trabaja enfocada, no pierde tiempo y agiliza cada paso dentro de la institución.
Amalia es graduada de Geografía en la Universidad de La Habana y desde hace algunos años se desempeña en el área técnica de la dirección de Ordenamiento Territorial, en el Inotu.
Enfrascada en sus responsabilidades cotidianas, la joven comenta sobre ese proyecto que le absorbe tiempo, pero que a la vez, realiza con deseos. Según explica, está trabajando duro, junto a otras personas, en el avance progresivo para la instalación de paneles solares fotovoltaicos, con el fin de dar un paso importante hacia la sostenibilidad energética del nuestro Archipiélago.
Y es que desde el Inotu velan también por la idoneidad de los terrenos y la supervisión de los suelos para el montaje de los parques que generarán energía solar. Ella, aclara, mantiene un vínculo estrecho con las provincias, con las cuales valora los términos del proyecto, las áreas destinadas y las previstas para nuevas instalaciones, sobre todo, porque a pesar de que el próximo año el país pretende instalar mil megawatts, en realidad el proyecto resulta mucho más ambicioso y se extiende hasta el año 2030.
Se están buscando áreas en cada una de las provincias, asegura, que cumplan con los requisitos. Como Instituto valoramos si el terreno es apto, que no sea agroproductivo. «Precisamente esa labor no puede ser a la ligera, refiere, pues estamos hablando de una inversión importante del país y que traerá beneficios a nuestra gente en un corto período», aclara.
Amalia García Santana se siente motivada con su labor en el Inotu. Foto: Nileyán Rodríguez.
El Inotu parece estar presente en cada aspecto y tarea de primer orden que relacione los suelos cubanos y su explotación racional. Aunque Amalia lleva cinco años dentro de los avatares del ordenamiento, la planificación y asesoría sobre un recurso fundamental para cualquier Estado, comenta que esta tarea de los parques solares le ha gustado, a pesar de que realiza en el proyecto un trabajo más técnico.
Si un principio ha tenido en cuenta el Inotu en estos años es el de involucrar cada vez más a los jóvenes en los proyectos y darles la confianza para que ocupen responsabilidades importantes, según destaca Ibis Menéndez-Cuesta González, directora general de Planeamiento del Instituto.
El trabajo con los jóvenes es esencial dentro del Inotu, comentó Ibis Menéndez-Cuesta. Foto: Nileyán Rodríguez.
En la misión de cumplir la política del Estado y del Gobierno en materia de ordenamiento territorial, urbanismo, desarrollar su gestión, velar por los aspectos de diseño y la arquitectura relacionadas con el urbanismo, el catastro, así como ejercer el papel rector en el enfrentamiento a las ilegalidades, resulta fundamental el desempeño de las nuevas generaciones.
De ahí que uno de los retos esenciales de la institución sea atraer a un mayor número de muchachos a sus filas, sobre todo, cuando en la universidad cubana no se gradúan urbanistas ni planificadores, señala Menéndez-Cuesta.
«Hemos intentado muchas veces abrir la carrera, pero la posibilidad que se nos ha dado y mantenemos hoy es la del ejercicio de posgrado. En realidad, la mayoría de los jóvenes y el personal aprende con la práctica diaria, porque esta profesión requiere de ejercicio constante», destaca.
Son los arquitectos, los geógrafos, ingenieros, sociólogos y economistas urbanos, provenientes de carreras afines a las labores desempeñadas por el Inotu, quienes nutren nuestras filas, afirma. Además, tenemos una escuela ramal, donde se realizan cursos introductorios y de capacitación, dijo.
Entre los muchachos que se han superado en las actividades de posgrado y que continúa con responsabilidades dentro del centro está el geógrafo Léster Cruz Machado. Él se encuentra pasando una maestría en la propia Facultad de Geografía, de la Universidad de La Habana, mientras continúa su trabajo como especialista en Política de Ordenamiento Territorial.
Léster es uno de los muchachos que se superan dentro de la institución. Foto: Nileyán Rodríguez.
Con apenas 26 años, Léster está a cargo de los trámites de las zonas con regulaciones especiales, las cuales comprende lugares de alta significación ambiental, cultural y turística, así como para el desarrollo económico de la nación. «Desde el ordenamiento, asegura, buscamos definir las mejores soluciones, ya que nuestro desempeño y criterios también terminan siendo guía imprescindible para la toma de decisiones relacionada con un bien importante del país: su suelo».
Dice haber encontrado un lugar idóneo para la superación personal y, en ese tránsito, señala como muy provechosos los recorridos a provincias en los que ha podido participar junto al presidente del Inotu, el general de división Raúl Acosta Gregorich. «Ahí es donde uno ve el trabajo de campo», agrega.
Otro de los muchachos que pondera el tratamiento desde la máxima dirección del Instituto hasta los intercambios con las filiales provinciales es Marlon Fernández Calderón, a quien le gusta instruir y capacitar como parte de su función de especialista en Política de Urbanismo.
Marlon se desempeña como especialista en política de urbanismo. Foto: Nileyán Rodríguez.
Una de sus misiones principales ahora, comenta, radica en llevar a la versión digital todos los registros de los expedientes en existencia. Sin embargo, asegura, también está vinculado con el asesoramiento tecnológico de sus compañeros de trabajo, algunos de ellos personas mayores, dice entre risas.
Pero la transformación digital en el Inotu es algo muy serio hoy. O si no, basta preguntarle a Adán Luis Quincoces Escalona que, con 25 años de edad, lidera y lleva adelante el proceso de cambio dentro y fuera de la institución central.
Adán Luis apenas se encuentra cumpliendo su servicio social y posee el cargo de director de Informática. Según comenta, el hecho de ser joven y tener ya responsabilidades importantes en el proceso de transformación digital que atraviesa la institución y el sistema de ordenamiento territorial en el país es una muestra de la confianza que depositan en las nuevas generaciones.
Al preguntarle por los beneficios que traerá este proceso de cambios, comenta que «el Inotu va en camino de erradicar los trámites burocráticos. Este es el comienzo también para que la gente sienta un alivio en ese sentido», afirma.
Estamos trabajando en un proyecto digital para tener mayor control de los trámites que se realizan, desde lo más mínimo, tanto a nivel municipal, provincial, como en la estructura más alta dentro del Instituto, agrega.
Para alcanzar un resultado eficaz en la agilidad de trámites y servicios han tenido obstáculos, sobre todo, porque el personal es reducido. Aun así, reconoce que el aporte de varios estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) sigue siendo decisivo para que las labores salgan adelante.
Cuando le pregunto a Adán Luis qué es lo más difícil del trabajo que realiza, responde de inmediato: «almorzar». «El problema radica en que apenas tengo tiempo para detenerme a hacer eso hoy en día», precisa con absoluta nobleza.
A pesar de las complejidades, una cosa sí tiene clara este joven graduado de la UCI en 2023: «Luego de pasar el servicio social pienso continuar aquí», asegura. Un sentimiento que se comparte entre estos muchachos que dan vida y sentido diario al trabajo de una institución rectora para el desarrollo y la protección de nuestro suelo, que es decir, también, el cuidado de nuestro Archipiélago.