El todavía canciller alemán, Olaf Scholz , está llevando a cabo una actividad frenética, muchos más intensa que durante el resto de la legislatura, en el tramo final de su mandato. Sólo esta semana, ha visitado una fábrica de Ford y ha intentado mediar entre trabajadores y directiva de Volkswagen, ha convocado en la Cancillería una cumbre del acero y ha coqueteado con la idea de un rescate a Thyssenkrupp , ha propuesto una reducción del IVA a los alimentos como medida contra la persistente inflación y ha ideado un plan para garantizar el suministro de materias primas críticas como el litio. Ha viajado en secreto a Kiev , para ofrecer allí nuevos paquetes de armamento y ha exigido un...
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