Casas quemadas, con fachadas baleadas o con amenazas pintadas en sus paredes, dan la bienvenida a los visitantes que llegan a Potrerillo del Norte, en el municipio de Elota, una de las zonas rurales de Sinaloa más afectadas por la disputa entre las facciones de El Chapo y El Mayo. Ubicado a 120 kilómetros de Culiacán, la capital, este municipio es considerado territorio de Los Chapitos, pero Los Mayitos incursionaron vorazmente, abriendo fuego contra todo lo que se movía; quemando y vandalizando casas y negocios.Los pobladores narraron a MILENIO que la mañana del 10 de septiembre, hombres encapuchados, que portaban armas largas y se movían en camionetas de lujo, irrumpieron violentamente en el municipio.Los criminales le prendieron fuego a un domicilio, después amarraron una soga a un zaguán de otra vivienda para arrancarlo con ayuda de una camioneta, y finalmente meterse al domicilio.Después siguieron con otra casa a la cual también le prendieron fuego, posteriormente llegaron a un negocio de venta de cervezas, bajaron las cortinas del lugar y escribieron mensajes amenazantes en contra de los pistoleros del señor del sombrero.Esto fue el detonante para que algunos pobladores, al día siguiente, salieran huyendo de sus casas dejando todo. Las víctimas se escondieron en casas de familiares, los que tuvieron la capacidad económica se fueron a Culiacán, que si bien también se vive bajo el yugo de la violencia, al menos tienen la oportunidad de trabajar.Potrerillo del Norte es una ranchería donde radican en su mayoría familias de escasos recursos. Es un pueblo edificado principalmente sobre calles de tierra, sólo las principales calles están pavimentadas.La mayoría de los habitantes trabajan en el campo, en la siembra del frijol o en la ganadería.Recorrer esta zona de Sinaloa, implica un desafío brutal, primero: no sabes en qué momento puedes quedar en medio del fuego cruzado o te puedas topar de frente con los sicarios y te secuestren para ser reclutado o asesinato.Pese a que el sinaloense está familiarizado en estos lugares con la 'narcoviolencia', hoy están padeciendo lo que nunca se imaginaron vivir, que el mismo cártel que protegían por miedo o por conveniencia económica los está atacando.Pero no sólo en las zonas rurales la gente está dejando sus casas, también en las grandes urbes como Culiacán. En la capital del estado se aprecian viviendas y locales comerciales con anuncios de renta.En colonias de clase alta y media hay casas solas, cuyas familias emigraron principalmente a Guadalajara en lo que regresa la paz, la imagen más preocupante son los cientos de negocios en el centro y colonias de Culiacán con anuncios de renta o venta.También cerraron sus puertas para siempre grandes cadenas de restaurante en la zona de tres ríos, la más exclusiva de Culiacán.Los parques donde juegan los niños también están vacíos, pues los padres de familia no se atreven a dejar solos a sus hijos pues temen que puedan quedar en medio del fuego cruzado.IOGE