La noche se puso como se suele poner cuando el
Real Madrid se tiene que jugar las castañas en Europa:
Mbappé caía lesionado, el
Atalanta, que había empatado antes del descanso, dominaba completamente el juego y los blancos que ya empezaban a verlo todo muy negro. Tal y como les gusta. Porque ya se sabe que el miedo es el único idioma que entienden para poder ganar y eso que lo de anoche en Bérgamo más bien fue terror.
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