La Liga Peruana de Vóley 2024-25 ha comenzado con una polémica que ha captado la atención de aficionados y expertos. La aparición de Vinícius Gamino, entrenador de la Universidad San Martín de Porres, en el banquillo del equipo, a pesar de su suspensión de tres meses, ha generado un sinfín de comentarios y críticas.
El brasileño fue sancionado por la Federación Peruana de Vóley (FPV) tras un altercado con Rafael Petry, exentrenador de Alianza Lima, durante la final de la temporada anterior. A pesar de esta inhabilitación, el club 'santo' ha encontrado una forma de mantenerlo activo, lo que ha desatado un debate sobre la legalidad y la ética de esta decisión.
La suspensión de Gamino fue una medida severa impuesta por la FPV, que buscaba mantener la disciplina en el deporte. Sin embargo, la Universidad San Martín decidió renovar su contrato, lo que les permitió mantenerlo en funciones, aunque en un rol diferente. Mientras tanto, Alianza Lima optó por despedir a Petry, quien había llevado al equipo a la gloria tras 31 años sin títulos.
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Paulo Milagres asumió el cargo en Alianza Lima, logrando un debut exitoso en la Liga. En contraste, San Martín eligió mantener a Gamino en su estructura, lo que ha generado críticas por parte de los aficionados y otros clubes que consideran que esta decisión es injusta y va en contra de la normativa establecida.
La Universidad San Martín encontró una forma de eludir la sanción de Gamino al asignarlo a las categorías menores del club. Esta maniobra le permitió al entrenador continuar activo en la Liga Nacional de Vóley 2024-2025, aunque en un rol que no era el de director técnico del primer equipo. Al parecer, el club aprovechó un vacío legal en la resolución de la FPV, lo que ha suscitado aún más controversia.
El último fin de semana, Gamino fue visto dirigiendo al equipo en el partido contra Deportivo Wanka, lo que sorprendió a muchos seguidores del voleibol peruano.
La decisión de San Martín ha generado un descontento palpable entre los aficionados de otros clubes, quienes consideran que la FPV debería pronunciarse sobre este asunto. La falta de un pronunciamiento oficial ha dejado a muchos en la incertidumbre sobre la validez de la sanción y su aplicación en el futuro.
Vinícius Gamino, por su parte, busca redimirse tras el subcampeonato de la temporada anterior y tiene la ambición de llevar a San Martín de regreso a la cima del voleibol peruano, donde no se coronan campeones desde 2019. La controversia en torno a su presencia en el banquillo podría tener repercusiones en la percepción pública del torneo y en la credibilidad de la FPV.
