El Banco Mundial y el IFC, su brazo de financiamiento al sector privado, confían en México para apoyar los proyectos del gobierno de Claudia Sheinbaum en favor del desarrollo y combate a la pobreza.
Para ello, México jugará el papel de generador de un ecosistema de inversión, coincidieron Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, y Alonso García Mora, vicepresidente para Europa, América Latina y el Caribe de IFC.
“México en este sexenio va a ser uno de los posibles beneficiarios de un servicio integrado, del análisis de la problemática de cualquier sector lo vamos a ver desde el ángulo público como privado y vemos enormes oportunidades en este sexenio”, detalló Felipe Jaramillo tras reunirse con con representantes del gobierno federal, del sector privado y de la banca mexicana en recién visita al país para recoger sus prioridades y encontrar la manera de impulsar la colaboración del sector público y privado.
Bajo el principio de que no hay finanzas públicas que alcancen para enfrentar por sí solos los retos de cerrar las brechas de desigualdad, incrementar la productividad del país, lograr un crecimiento económico sostenible, acelerar la transición energética verde, el sector privado tiene que colaborar.
“Y ese es el rol que juega el IFC, crear un ecosistema de credibilidad para el inversionista independientemente de cuáles sean las decisiones políticas que se tomen en el país”, al explicar que además de invertir su capital propio, su objetivo es movilizar a otros.
“Atraer a otros por el hecho de que invierta el IFC genera credibilidad y dicen, pues si yo veo al IFC invertido, pues yo voy, invierto también”, señaló Alfonso García Mora, vicepresidente para Europa, América Latina y el Caribe de IFC.
Este brazo de financiamiento al sector privado durante el año pasado hizo el récord histórico de inversión y movilización de inversionistas hacia México por un total de mil 200 millones de dólares; este 2024 la suma llegará a mil 500 millones y el próximo año estiman llegar a 2 mil millones de dólares.
Al reconocer que los cambios constitucionales que México está aplicando “han hecho algo de ruido” en la esfera internacional, ambos directivos coincidieron en que la incertidumbre siempre acompaña a la inversión y el compromiso del Banco Mundial con México persiste desde su creación.
“Hemos visto cambios de instituciones por muchas décadas”, dijo Felipe Jaramillo a lo que Alonso García complementó: “Hay muchas formas de crear el marco institucional para conseguir el objetivo último y el objetivo del Grupo del Banco Mundial no es ser demasiado prescriptivo en cómo lo organizas, pero sí tratar de que el impacto final sea el que queremos”.
El éxito del nearshoring en México no se medirá en montos de inversión, sino en su efecto multiplicador en la generación de buenos empleos y el desarrollo hacia regiones poco atendidas a través de una colaboración cercana del sector público y privado, señalaron Carlos Felipe Jaramillo y Alfonso García Mora, vicepresidentes del Banco Mundial y de IFC para América Latina y el Caribe.
“El éxito, cuando estudiemos esto en el futuro, va a depender de un tema fundamental, y es que lo sienta el mexicano de a pie; para mí, que genere empleo, buen empleo, de calidad”, dijo Felipe Jaramillo.
Y precisamente el empleo, es la solución a la pobreza en el mediano y largo plazo; el dotar a los ciudadanos de un modo de vida sostenible más allá de las transferencias en efectivo y en ese sentido, el nearshoring tiene mucho que aportar porque si realmente se hace bien la colaboración entre sector público y privado, se puede impactar la estructura económica del país, señaló el vicepresidente del IFC para Europa y América Latina, Alfonso García Mora.
Para ambos directivos, hacer escenarios sobre las políticas comerciales que pueda implementar el próximo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, es especular y recomendaron separar la retórica política del impacto económico.
“Creo que este fenómeno de la integración de Norteamérica va a seguir transitando este camino con sus altibajos”, reconoció el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.