Estaba el otro día la locutora del 24 Horas de TVE –era domingo, cuando el sindicato horizontal está de libranza– tratando de atar cabos con el tema de Siria. Le pusieron a tiro y a bocajarro al ministro de Exteriores , para que ilustrara al público sobre lo que vulgarmente y desde los tiempos de la guerra de los Balcanes se conoce en el sector de geopolítica garbancera como avispero. Allí estaba Albares, respondiendo con su retahíla buenista de lugares comunes y desde lo que parecía Santa Cruz a las preguntas que le formulaba la presentadora. Hasta que el hombre se quedó callado, un buen rato para lo que viene siendo un directo. «¿Me escucha, ministro?». «Sí, le oigo, dígame»....
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