En las carreteras convencionales españolas, así como autopistas o autovías, es muy frecuente atravesar zonas de campo, en donde más allá de viñedos o posibles animales, nos encontremos una bola de paja cuya presencia es característica de las películas del oeste, cruzan los desiertos y se hacen cada vez más grande. Aunque muchos no conozcamos su nombre, recibe muchas denominaciones según la RAE, como "estepicursor", "barrilla", "cardo ruso", "planta rodadora" o "matojo rodante". En cualquier cosa, es posible que una de estas bolas se cuele en los bajos de nuestro vehículo, y esto por supuesto podría tener consecuencias si conducimos por las vías durante cierto tiempo o kilómetros con ella.
Este tipo de plantas desarrollan una estructura ligera y redondeada, y son características de zonas áridas y semiáridas con un método muy peculiar de esparcir sus semillas: rodando. Durante su ciclo de vida, una vez que están maduras, el viento rompe su base y se desprende del suelo, e impulsada, se puede ir haciendo más grande y esparce sus semillas en diferentes direcciones. Logran sobrevivir gracias a su estrategia de dispersión, y se adaptan fácilmente a cualquier clima seco donde los recursos de agua y nutrientes son escasos.
Son más típicos en zonas desérticas (por ejemplo, en diferentes regiones de Estados Unidos, de ahí que estén tan presentes en películas del oeste), y el Departamento de Agricultura de EEUU clasificó las ubicuas plantas rodadoras como una planta no nativa y extremadamente invasiva. A pesar de más de un siglo de cooperación entre las autoridades de México, Canadá y EEUU para combatir la especie, las plantas rodadoras se pueden encontrar en la mayoría de las regiones de América del Norte.
No obstante, lo cierto es que en España también se pueden ver en ciertas áreas con un clima seco, tales como La Mancha y Murcia, o también en Los Monegros o Tabernas, pequeños desiertos en Aragón y Almería respectivamente. Pero no es descartable verlas en otras zonas de interior.
La buena noticia es que en general, no son peligrosas, pero su presencia puede tener diversos impactos. Por ejemplo, si se acumulan grandes cantidades, puede aumentar el riesgo de incendio, al tratarse de una planta muy seca. También pueden convertirse en plagas al cubrir grandes áreas y su acumulación puede bloquear carreteras, sistemas de riego o ríos. Pero los problemas también existen si una de estas plantas se queda atascada en tu coche.
En primer lugar, puede atascarse en el sistema de escape o en partes mecánicas, lo que provocaría daños en la parte baja del vehículo. Asimismo, si entra en contacto con el tubo de escape caliente, puede provocar fuego ya que es una planta que prende fácilmente. Por tanto, si se queda atascada bajo nuestro coche, debemos retirarla lo antes posibles para evitar problemas mecánicos o de incendio, cuyo riesgo aumenta considerablemente a medida que avanzamos con nuestro coche durante unos minutos, metros o kilómetros.
Y aunque parece improbable, no es baladí. En 2019, los fuertes vientos desalojaron una gran cantidad de plantas rodadoras en Washington, e hicieron que se amontonaran de cinco a siete metros de profundidad en algunas áreas, enterrando automóviles y camiones y cerrando la Ruta 240 del estado de Washington durante diez horas. Asimismo, en 2018, más de cien hogares requirieron ayuda de los servicios públicos en California porque quedaron bloqueados.
