Quedan dos semanas para la temporada festiva más esperada del año, las Navidades. Llega el tiempo de vacaciones, comidas copiosas, reuniones familiares, luces, adornos y, por supuesto, regalos. Es muy común ver por estas fechas, especialmente en los días siguientes a Nochebuena y la Noche de Reyes, contenedores de cartón completamente desbordados, con alguna caja incluso por fuera.
Esto mismo ya ocurría antes de la proliferación del comercio a través de internet, pero aquel era un mundo, por suerte, más 'inocente' que el actual. Cuando hace unos años se compraban los regalos en tienda, uno no tenía por qué preocuparse demasiado por las cajas donde venían envueltos. Pero ahora que vivimos en la 'era de la información', vamos dejando rastros con nuestros datos por todas partes, lo que puede resultar peligroso.
Cambiar los camellos o renos voladores (según cada casa) por repartidores a domicilio tiene sus consecuencias: es mucho más cómodo, pero para que el sistema funcione correctamente necesita llevar un registro de todo. En estas fechas las personas solemos estar 'con la guardia baja', ya que se piensa más en el descanso y el disfrute junto a los seres queridos que en ninguna otra cosa.
Algunos criminales pueden aprovechar ciertos deslices que mucha gente comete durante las Navidades para obtener información valiosa sobre sus posibles futuras víctimas de estafa u otra clase de delitos. Los nuevos tiempos también implican nuevas formas de fechoría, por lo que no conviene ponérselo fácil: basta con un simple gesto de seguridad para estar mejor protegidos y pasar las fiestas sin preocupaciones.
Muchas veces se escucha aquella frase que dice que "la basura de un hombre puede ser el tesoro de otro", y en este contexto no podría estar más acertada. No por nada, los detectives y espías profesionales registran muchas veces lo que un sospechoso desecha en los contenedores de reciclaje, ya que allí se esconden grandes cantidades de información muy útil.
Pero, de la misma que se puede utilizar este conocimiento para el bien, también puede ser usado para el mal, y los delincuentes lo saben. En estos días navideños, miles de cajas de cartón donde venían empaquetados originalmente los regalos serán arrojadas a la basura, la mayoría de ellas todavía portando etiquetas visibles y fácilmente diferenciables donde se especifican datos importantes del destinatario.
En este sentido, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han compartido vídeos en sus redes sociales advirtiendo a la población española de los posibles riesgos que implica deshacerse de empaquetados donde figuran sus datos personales. Al respecto, los agentes lanzaron una serie de recomendaciones para evitar que posibles delincuentes accedan a nuestra información sensible a través de este método.
Así, desde la cuenta oficial de la Policía Nacional (@policia) en TikTok, explicaban que el simple gesto de arrancar la etiqueta de las cajas donde se reflejan todos nuestros datos puede "salvarnos las Navidades". La Guardia Civil (@guardiacivil), por su parte, explicaba que tan solo con esa información muchos delincuentes ya pueden aprovecharla para cometer delitos de suplantación de la identidad.
Lo que las autoridades recomiendan entonces es siempre destruir de alguna forma esta etiqueta, bien sea recortándola y rompiéndola o incluso tratando de borrarla frotando contra ella gel hidroalcohólico que disuelva la tinta.