Transformar zonas áridas en tierras fértiles es un desafío de gran complejidad. No obstante, Perú ha conseguido convertir sus desiertos costeros en prósperos campos de arándanos, consolidándose como el principal exportador mundial de esta fruta. Este logro se atribuye en gran parte a la visión y dedicación del ingeniero agrónomo Carlos Gereda, egresado de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), quien supo identificar el enorme potencial del cultivo de arándanos en el país.
En 2006, Carlos Gereda, proveniente de una familia de agricultores, se propuso investigar la viabilidad del cultivo de arándanos en Perú. Tras viajes a Chile, trajo 14 variedades de la fruta para probar su adaptación al clima peruano. Después de dos años de experimentación, identificó que la variedad 'Biloxi' se adaptaba adecuadamente a las condiciones desérticas de la costa peruana. Con una inversión inicial de 300 dólares, fundó Inka's Berries, empresa pionera en la producción de arándanos en el país.
La costa peruana, caracterizada por su clima templado y suelos desérticos, presentaba desafíos para la agricultura tradicional. Sin embargo, la implementación de sistemas de riego tecnificados y la adaptación de variedades como 'Biloxi' permitieron convertir estas áreas en terrenos aptos para el cultivo de arándanos. Regiones como La Libertad han visto una expansión significativa en la producción, contribuyendo al crecimiento económico local y generando miles de empleos. Esta realidad se refleja en Perú, que en los últimos cinco años pasó de contar con escasos terrenos agrícolas a convertirse en una potencia mundial en la exportación de arándanos.
Gracias a estos esfuerzos, Perú ha logrado superar a Chile, su vecino y competidor en el mercado de agroexportaciones, consolidándose como el principal exportador mundial de arándanos desde 2019. Durante la campaña 2023-2024, el país exportó 222 mil toneladas de arándanos frescos, destacando con una participación significativa en el mercado global. Más de la mitad de estas exportaciones tuvieron como destino Estados Unidos, donde Perú abastece cuatro de cada diez importaciones de esta fruta.
La combinación de innovación agrícola, adaptación al entorno y la visión de profesionales como Carlos Gereda ha permitido a Perú transformar sus desiertos en prósperos campos de arándanos, consolidando su posición en el mercado internacional.
