El mantenimiento preventivo y las revisiones técnicas periódicas son esenciales para reducir accidentes y evitar costosas reparaciones futuras. En Perú, la imprudencia y el exceso de velocidad son las principales causas de accidentes de tránsito, pero las fallas mecánicas también juegan un papel crucial.
Las fallas más comunes que pueden provocar accidentes graves incluyen neumáticos defectuosos, problemas en el sistema de frenos, fallas en la suspensión y dirección, así como una iluminación deficiente. Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, realizar mantenimientos preventivos puede reducir hasta en un 50% las probabilidades de accidentes por fallas mecánicas.
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Además de los mantenimientos, contar con un certificado vigente de inspección técnica es fundamental. Walter Griebenow, gerente de Autos y SOAT de La Positiva Seguros, subraya que este certificado protege a los ocupantes del vehículo y a los peatones en caso de un accidente. La falta de este aval puede resultar en una infracción de S/2.475, la pérdida de 50 puntos en el brevete y el internamiento del vehículo.
Griebenow destaca la necesidad de realizar mantenimientos en talleres de confianza y de cumplir con los plazos establecidos. Si un vehículo está asegurado, algunas pólizas exigen que se mantenga en condiciones óptimas, de acuerdo con la programación de mantenimientos. Esto asegura que la cobertura se aplique en su totalidad en caso de un siniestro.
Para garantizar un mantenimiento vehicular efectivo, se sugiere revisar regularmente el nivel de aceite del motor, el estado de los frenos, el funcionamiento de las luces y la presión y condición de los neumáticos. También es recomendable realizar cambios de aceite y filtros según las indicaciones del fabricante, así como revisar el sistema de dirección y suspensión. Estas acciones no solo aseguran un rendimiento óptimo, sino que también contribuyen a la seguridad de todos los ocupantes.
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Llevar a cabo mantenimientos preventivos ofrece beneficios que van más allá de la seguridad inmediata. Un vehículo bien mantenido no solo aumenta su vida útil, sino que también mejora su rendimiento. Esto se traduce en un ahorro significativo en inconvenientes y costos de reparación a futuro, además de un mayor valor de reventa.