“Temperaturas ligeramente por encima del punto de congelación, de uno a tres grados. La probabilidad de lluvia es del cero por ciento, pero estará nublado todo el día”. El parte meteorológico facilitado por el propio Borussia Dortmund en su web para el partido de mañana (21 horas) puede entenderse como la única concesión al Barça. Que no llueva ni nieve y que
Lamine Yamal no corra peligro de quedarse helado siempre son buenas noticias. Pero todo lo demás es inquietante. Desde los 78.000 aficionados amarillos que intentarán intimidar a los jugadores de
Hansi Flick, y a 3.300 culés que viajan, hasta un equipo de
Nuri Sahin poderoso como local: encadena 13 partidos de Champions sin caer en casa y en esta Bundesliga sólo el Bayern le arrancó un empate (1-1) hace diez días. Fuera de su estadio baja su rendimiento, pero ante su afición se crece con armas que puede cambiar. Ante el Bayern esperó atrás para salir a la contra. Quizás repita para protegerse defensivamente debido a las bajas. Pero también sabe presionar arriba. Una incógnita para
Hansi Flick.
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